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césar fernández
Ponferrada
Martes, 19 de marzo 2019, 18:55
El número de hectáreas quemadas en un incendio, que a veces queda en el limbo, otras en una cuantía aproximada y en alguna ocasión es pasto de una guerra de cifras, no debería arrojar dudas. «Ante una imagen, no hay ni trampa ni cartón», zanjó este martes la subdirectora de la Escuela de Ingeniería Agraria y Forestal del Campus del Bierzo, Flor Álvarez Taboada, al inicio del taller de seguimiento y cartografía con datos de satélite. La tecnología no sólo ofrece resultados cuantitativos, sino que permite ir más allá en el seguimiento de las áreas afectadas a efectos, por ejemplo, de la recuperación de la vegetación.
La utilización de cartografía vía satélite «no es algo tan novedoso», admitió Álvarez Taboada al señalar que ya se empleó para dirimir el número de hectáreas arrasadas durante la virulenta ola de incendios que asoló Galicia en el verano de 2006. Sí lo es el acceso libre y gratuito a determinadas aplicaciones que permiten a usuarios particulares calcular su impacto en tramos de cada cinco días, cada día o cada medio día, según cada programa. La tecnología tiene «sus limitaciones», reconoció la subdirectora de la Escuela para reconocer como indetectables los efectos de los fuegos que no llegan a la copa de los árboles y se quedan en la hojarasca.
La administración utiliza desde hace años estas herramientas tecnológicas, a las que añade las imágenes tomadas desde los medios aéreos antiincendios y las mediciones para corroborar los datos «en campo». Pero el valor añadido de la cartografía vía satélite es que permite hacer un seguimiento de las zonas afectadas hasta determinar la severidad del fuego y la recuperación de la vegetación para poder aplicar algún tipo de medida. «En el incendio de la Tebaida», ilustró Álvarez Taboada, «se recuperó muy rápido la vegetación por la zona. Pero en otras zonas muy importante asegurarnos de que se recupera bien».
«Hoy en día la tecnología no se ha quedado fuera del monte», avaló la profesora, que impartió junto a la ingeniera forestal Bárbara Silván un curso que se enmarca en las actividades programadas en la campaña de prevención de incendios forestales #plantémonos y que despertó el interés de miembros de operativos contra el fuego hasta llenar las 15 plazas ofertadas. Flor Álvarez Taboada incidió en esta línea al avalar la utilización de este tipo de medios para para determinar el impacto de plagas y enfermedades o cuantificar madera. «Se trata de medir lo que tenemos para poder gestionarlo mejor», concluyó.
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Carlos G. Fernández y Leticia Aróstegui
Alicia Negre y Lidia Carvajal
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