La empresa berciana BiT desarrolla aplicaciones de voz para «conversar con las máquinas»

En ese sentido, Atanasio señala que la firme apuesta de estos gigantes de la tecnología por el uso de los comandos de voz como medio de comunicación con sus aparatos crece a un ritmo vertiginoso, con más del 40 por ciento de la población interactuando con asistentes de voz diariamente. «Crear experiencias donde el diálogo entre las personas y las máquinas sea fluido y aporte valor a la interacción permite al usuario sentir que está hablando realmente con la marca de manera completamente natural», explica Juan Luis Mastache, el otro socio fundador.

Al respecto, BiT ofrece su experiencia en el ámbito del diseño conversacional. «Queremos ser la voz de todas las empresas con sus clientes y seguidores», señala Mastache, que explica que la compañía utiliza la experiencia del usuario en cada una de las interacciones para mejorar las aplicaciones y encontrar el tono de voz adecuado para cada marca. «El objetivo es acercar la comunicación a la tecnología y que hablar sea el camino de presente para todas las empresas del mundo», resumen los fundadores, que aspiran a promover el uso de la voz como punto de conexión de las compañías con sus socios y clientes.

Con este proyecto, los creadores de BiT pretenden dinamizar la economía de la comarca y convertirla en un 'hub' industrial de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC). «Queremos aprovechar toda la potencia del 'big data' y ofrecer nuevos recursos de análisis a nuestros clientes», señalaron los responsables de la empresa, que no esconden su intención de transformar una comarca minera donde el trabajo manual era lo más importante en una «referencia estatal en la implantación de una nueva apuesta económica centrada en la tecnología».

La andadura de BiT cuenta con la colaboración, el asesoramiento y el apoyo comercial del bufete de abogados y economistas de Ponferrada Irago, centrado en la aceleración de nuevas empresas tecnológicas en la comarca del Bierzo, así como de la empresa especializada en propiedad intelectual Acrobacia. «Reconocemos que somos ambiciosos y que aún hay cierta reticencia a apostar por las aplicaciones de voz, pero estamos seguros de que ha llegado el momento para todos», concluyeron Atanasio y Mastache.