«Empadronar a una persona en un domicilio no le obliga a dar ningún tipo de servicio. Está en la sentencia»

El Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León dictó la segunda sentencia a su favor y el Ayuntamiento de Igüeña la ha vuelto a recurrir alegando un coste económica desmesurado si Abel se empadrona en Los Montes de la Ermita.

«Siempre vivimos aquí, los inviernos los pasamos aquí y por eso me fastidia que ahora el Ayuntamiento, que sus razones tendrá, pero que ahora dice que tengan que emplear tanto dinero en este pueblo es mentira y pone a la gente en mi contra diciendo que eso arruina al Ayuntamiento cuando es mentira», lamenta Abel.

La negativa del Ayuntamiento para no empadronar a Abel en Los Montes de la Ermita se ha basado en que «no hay condiciones de habitabilidad» y que «el pueblo está en ruinas». Aunque con un simple paseo por la localidad se puede ver que no es así.

Ahora, tras la segunda sentencia en favor de Abel, desde el Ayuntamiento el alcalde ha explicado a algunos medios de comunicación que el coste de ese empadronamiento sería de millones al tener que instalar los servicios básicos. Algo que tanto Abel como su hijo tachan de «mentira» y aluden a la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León.

«Dice por ahí que no lo empadrona aquí debido al gasto que conllevaría y la propia sentencia dice que no es así, porque el mero hecho de empadronar a una persona en un domicilio no le obliga a dotar de ningún tipo de servicio», asegura Eusebio.

Una situación que les preocupa y por la que «mi padre está un poco dolido» ya que el alcalde del municipio de Igüeña, Alider Presa, «justifica no empadronarlo con el riesgo económico que llevaría el municipio y yo creo que que no es justo, no es justo para para mi padre sobre todo».

Los vecinos insisten en ello y no entienden la negativa, ya que el Ayuntamiento sigue cobrando el IBI de las viviendas a la vez que les niega el derecho a empadronarse o a realizar obras. En este último caso, lo único que piden es pagar las licencias de obra a Igüeña y poder hacer reparaciones en las viviendas de manera legal.

Están de acuerdo en que haya una normativa que conserve la estética del pueblo «nadie quitaría la piedra», pero piden licencias de obra. «¿Qué perjudicamos nosotros si no pedimos nada?», se pregunta Luis, «llevamos años que el alcalde está cobrando unos recursos de aquí y yo encantado de que los cobre, pero que también tenga en la memoria que esto no ha desaparecido como dice el Ayuntamiento».

Y ante esto una única petición: «Tiene que dejarnos mantener las casas, no ayudar a tumbarlas». Una situación que también beneficiaría al consistorio ya que «lo que cuesta sacar una licencia, pues bueno el Ayuntamiento algo cobrará de ahí».

Los Montes de la Ermita es un pueblo con vida y con vecinos fuertes y luchadores que seguirán dando la batalla por lograr que sus derechos sean respetados por el consistorio. Abel ha sido la cara visible de unas peticiones que llevan años sobre la mesa y que ocupan a más vecinos.