«Dejan la casa patas arriba, solo buscan dinero y joyas»

La urbanización de viviendas adosadas con una treintena de portales sufrió robos que no solo causaron desperfectos, sino que muchos de estos intentos se efectuaron desvalijando y sustrayendo dinero y joyas. «Dejan la casa patas arriba, solo les interesaba el efectivo y cosas que no les complicaran la salida porque eran robos rápidos», asegura Barros.

«El primero fue en nuestra calle, llegábamos de trabajar a las 21:00 y nuestro vecino ya estaba esperando a la Guardia Civil», explica la joven. «Pensamos que era un caso aislado, pero a los dos días en el pueblo de al lado volvió a ocurrir de la misma manera», indica Barros que hace alusión a un continuo «saqueo» que empezó a controlarse con batidas policiales.

El 'Modus Operandi' que seguían era el mismo. Cuando el sol caía y empezaba a oscurecer sobre las 19:00 horas «aprovechaban la parte de atrás del chalé, son todo adosados que en la parte de atrás tienen una especie de tejadillo que da a las habitaciones de arriba», describe Barros que remarca era una «vía de acceso fácil» para entrar a los domicilios. «Se suben al muro y de ahí al tejadillo. Revientan las ventanas de arriba y entran a las habitaciones», explica la vecina de la comunidad afectada que destaca que «registraban toda la casa».

Según lo que han sido capaces de contabilizar los vecinos del municipio han sido más de 20 los hogares víctimas de robo en localidades a menos de 10 kilómetros del centro de Ponferrada. Una situación «límite» ya que para Barros «eran noticias constantes, días sí y días también».

Tras semanas de desesperación por parte de los vecinos de las urbanizaciones, la Guardia Civil comenzó a hacer registros habituales en todas las salidas de la localidad. «Te paraban constantemente para identificarte», explica la vecina del municipio que asegura «fue la única forma de que los saqueos acabasen».

Las redes sociales fueron uno de los puntos claves para que vecinos y autoridades se pusieran de acuerdo en la transmisión instantánea de información. «Creamos grupos de WhatsApp con todos los vecinos de la urbanización y de otras vecinas, por ahí nos avisábamos si veíamos coches que pasaban vigilando o personas que nos parecían extrañas», recuerda Barros.

Un golpe de delincuencia en el que fueron decenas los vecinos afectados. «Veíamos coches que pasaban por nuestra calle super despacio, pero pensábamos que sería la policía secreta», asegura la vecina de la urbanización.

Este miércoles se hacía pública la noticia de la desarticulación de una organización criminal que robaba chalets en León y aunque desde el ayuntamiento de la localidad no han tenido información de que se trate de la misma banda que saqueó su municipio, el modus operandi de actuación era igual; robos rápidos al atardecer, eligiendo domicilios sin alarma y con fácil acceso en la parte trasera de la vivienda.