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La historia minera de El Bierzo saltó por los aires. Un paso más hacia la pérdida de los emblemas que permitieron el desarrollo de una comarca que ahora, poco a poco, camina hacia solo el recuerdo.
A las tres de la tarde de este 6 de mayo, la central térmica de Anllares vivía otro episodio hacia su desaparición. Aunque congregando menos gente que en el pasado mes de noviembre, cuando se produjo la voladura de la chimenea alta, no fueron pocos los vecinos de Páramo del Sil y otros curiosos que quisieron inmortalizar el momento. Para derribar la caldera se han empleado más de 300 kilos de dinamita.
Antes de proceder a la voladura, la empresa llevó a cabo labores de preparación y de debilitamiento de la estructura para dotar a la operación de las máximas medidas de seguridad y mínimo impacto ambiental.
La detonación de la caldera mediante explosivos dejó un fuerte estruendo seguido del silencio, que tuvo repercusión en el corazón de los propios bercianos, conscientes de que ahora esa imagen de la gran central quedaría exclusivamente en su memoria.
La empresa vasca Lezama Demoliciones llevó a cabo la voladura controlada de la caldera de la central térmica de Anllares, situada en el municipio berciano de Páramo del Sil. Con esta explosión, la central pierde el que fuera su corazón durante casi 40 años y avanza en el proceso de desmantelamiento que arrancó en el verano del 2019.
Se trata de la tercera de las cinco voladuras previstas en el proyecto de desmantelamiento de esta instalación industrial, tras las que derribaron los silos de almacenamiento, el pasado mes de junio, y la esbelta chimenea de 150 metros de altura, en noviembre.
La estructura a demoler tenía forma de prisma de base rectangular con un peso estimado de unas 8.200 toneladas y unas dimensiones de 61 metros de alto, 60 de ancho y 62 de largo.
Una vez realizada la voladura, los restos de la estructura metálica han sido recogidos a nivel del suelo. Se estima que se recuperarán 8.000 toneladas de acero y 140 toneladas de material de aislamiento.
Tras varias semanas de preparación, Naturgy ha realizado con éxito la voladura controlada de la caldera de la central térmica de Anllares. La operación, según la empresa, se ha llevado a cabo con las máximas medidas de seguridad, mínimo impacto ambiental y con un cumplimiento riguroso de la normativa vigente.
Naturgy está inmersa en un proceso de transformación para adaptar su negocio hacia un modelo más sostenible como demuestra su firme compromiso con la generación renovable y el cierre de todas sus centrales de carbón. Para conseguirlo, la compañía trabaja en una batería de medidas que están en línea con el objetivo global de frenar el aumento de la temperatura del Planeta
La central térmica de Anllares, situada en Páramo del Sil (León) es propiedad de Naturgy (66,6%) y Endesa (33,3%); comenzó a funcionar en 1982 y acumuló 36 años de operación hasta su parada definitiva en el mes de diciembre de 2018.
Naturgy y Endesa adjudicaron el contrato de desmantelamiento de la instalación a la empresa vasca Lezama Demoliciones. El desmantelamiento abarca todas las instalaciones de producción. Los trabajos, se iniciaron en julio de 2019
Desde el inicio de los trabajos se ha completado alrededor del 78% del programa total de desmantelamiento.
Se han completado más de 138.000 horas de trabajo y actualmente están ocupados en labores de desmantelamiento alrededor de 60 personas. No se han registrado accidentes ni incidentes relevantes.
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Sara I. Belled, Clara Privé y Lourdes Pérez
Clara Alba, Cristina Cándido y Leticia Aróstegui
Javier Martínez y Leticia Aróstegui
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