La central de Anllares se desintegra: adiós a la torre de refrigeración

Un total de 48 kilos de dinamita y 850 metros de cordón detonante pusieron punto y final a una instalación emblemática de 110 metros de altura y cerca de 80 metros de diámetro ante la atónica y emocionada presencia de los vecinos de la zona que no quisieron perderse este emocionante y triste momento que no dudaron inmortalizar con sus móviles.

La descarga se realizó cumpliendo escrupulosamente todas las medidas de seguridad y tras comunicar los correspondientes avisos a las autoridades competentes, así como al Ayuntamiento de Páramo del Sil y a la Junta Vecinal de Anllares. A su vez, también se comprobó la ausencia de nidos de aves, así como de otras especies que pudieran verse afectadas.

Se trata de la tercera voladura que se enmarca en el proceso de desmantelamiento y desparición de la instalación tras el derribo de la chimenea y de la caldera que tuvieron lugar en los meses de noviembre de 2020 y mayo de 2021.

La torre de la térmica berciana tenía como función enfriar el agua de refrigeración necesaria para la operatividad de la central. Su forma hiperboloide representa un volumen de unos 745.000 m3 y un peso de más de 8.000 toneladas.

Estas actuaciones forman parte del desmantelamiento de la central, que abarca todas las instalaciones de producción, y se llevará a cabo a lo largo de un periodo de unos 42 meses, donde se ha finalizado ya más del 80% de los trabajos contemplados en el propio desmantelamiento, a cargo de la empresa vasca Lezama Demoliciones. Con esta actividad se da empleo a alrededor de 60 personas, que han completado más de 138.000 horas de trabajo.

La central térmica de Anllares es propiedad de Naturgy (66,6%) y Endesa (33,3%). Comenzó a funcionar en 1982 y acumuló 36 años de operación tras su parada definitiva en diciembre de 2018.