leonoticias
Domingo, 4 de diciembre 2016, 13:46
Ecologistas en Acción de León ha denunciado ante los Juzgados de Instrucción de Ponferrada la aparición de una osa muerta el pasado domingo atrapada en un lazo de acero, presuntamente colocado para cazar jabalíes, en terrenos del coto de caza de Faro y Cariseda, ... término municipal de Peranzanes.
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En el escrito de denuncia la organización solicita la práctica de diversas diligencias al Seprona, al Servicio Territorial de Medio Ambiente y a la Junta Vecinal de Cariseda.
A juicio de la organización, el hecho de que se hayan encontrado otros lazos en las proximidades pone en evidencia cómo los cazadores furtivos campan a sus anchas por Fornela y Ancares. La muerte de osos a manos de furtivos ha tenido precedentes en la comarca ya que en el 2008 otro lazo malhirió a un oso en Páramo del Sil y en 2006 apareció un ejemplar muerto en las proximidades de los Lagos de Burbia.
El uso de lazos en la caza, completamente prohibido, ha sido considerado por la jurisprudencia como de similar acción destructiva al veneno, ya que no discrimina la especie afectada. En este sentido, Ecologistas recuerda que aunque se pueda argumentar que la persona que colocó el lazo no buscaba cazar al oso, si se colocan lazos en zonas oseras, es decir, en zonas de protección del oso pardo (ámbito de aplicación y zonificación del Plan de Recuperación de la especie), tienes que aceptar que puede caer un oso pardo.
Por ello, está plenamente justificada nuestra petición de que se aplique el código penal con el máximo rigor, señalan desde Ecologistas en Acción que advierten igualmente de la absoluta dejación de funciones de las administraciones competentes en relación al control la caza furtiva, cuando no cierta tolerancia complaciente. El Servicio Territorial de Medio Ambiente mira para otro lado, mientras el Ayuntamiento de Peranzanes parece más interesado (un día sí y otro también) en solicitar que se cacen más lobos en la zona, que en erradicar la lacra del furtivismo.
Por último, recuerdan que los lazos son la amenaza más grave que afecta a la población occidental de oso pardo de la Cordillera Cantábrica, por lo que es urgente mantener los territorios oseros libres de esta práctica cinegética. Una mala noticia para quienes estamos interesados en la conservación del oso pardo y una pésima marca de calidad para la gestión de un espacio natural que es Red Natura 2000 y Reserva de la Biosfera.
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