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«Nos quieren cansar pero no vamos a parar. Las Diócesis están podridas. 2.000 años después de han pervertido a Cristo. Son unos degenerados y unos encubridores. La indignación nos sirve para continuar insistiendo en la injusticia que quieren ocultar».
Es la respuesta ... cargada de rabia, impotencia y amargura de Francisco, el leonés que saco a la luz los abusos sexuales a menores que se vivieron durante década en el Seminario Menor de La Bañeza, a la negativa de la Iglesia a aportar al Ministerio de Justicia los archivos de los casos de pederastia conocidos o investigados.
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A. CUBILLAS
Desde la Conferencia Epicospal aseguran que no tienen los datos y que son las Diócesis, Congregaciones religiosas y Congregación para la Doctrina de la Fe de la Santa Sede las que deben remitir estos datos.
Si bien, señala, Ricardo Blázquez, presidente de la CE, le confesó en una conversación cara a cara que la intención de la Iglesia era la de investigar los casos porque «aún nos podemos asustar y estremecer con lo que podemos encontrar. Es necesario saber lo ocurrido».
Pese a todo, lamenta, guardan silencio, alegando la existencia del secreto pontificio, lo que a juicio de Francisco, es la «mayor forma de encubrir lo ocurrido». Por ello, Francisco entiende necesario que intervenga la Fiscalía y entre en las Diócesis para recabar los expedientes.
«Esos expedientes existen. Al menos en Astorga hay uno, el mío y el de mi hermano. Pero no quieren que salga a la luz porque son estremecedores y hay mucha gente implicada, muchos encubridores que no quieren que se vean salpicados».
Una negativa que, en cualquier caso, no le sorprende y que a su juicio busca ser un «muro de contención» para evitar que nuevas víctimas den a conocer su caso a la opinión pública. Al fin de cuentas, advierten, son muchas las personas que viendo el trato recibido prefieren guardar silencio.
«La Iglesia sigue tapando sus trapos sucios porque no está dispuesta a hacerse cargo de sus crímenes», lamenta Francisco, que si bien, advierte que no va a parar. «Juegan con el tiempo pero no me canso. Voy a ir hasta las últimas consecuencias».
Es más, a su juicio, la Iglesia está desprestigiando su imagen ante la sociedad con esta actitud. «Ni al Gobierno ni a las víctimas ni a nadie. No quieren informar porque su estrategia es la de aburrir pero no va a conseguir nada. Muchas víctimas no saldrán a la luz viendo esta actitud pero los que hemos empezado no vamos a parar».
Por ello, remarca lo que ha venido repitiendo hasta la saciedad en los últimos años y que esta negativa viene a reafirmar. «La comisión antipederastia creada por la Iglesia no es más que un paripé, un lavado de imagen cuando en realidad nunca nos han prestado atención a las víctimas», asegura Francisco, que sigue esperando a mantener una reunión con la psicóloga que coordina la comisión.
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