La víctima del crimen de Astorga se defendió y forcejeó antes de recibir el disparo mortal: «Recibió nueve golpes antes de fallecer»

El jurado, formado por cinco mujeres y cuatro hombres, ya ha recibido las calificaciones previas de las partes formado por el ministerio fiscal, la acusación particular, la popular y la defensa de Ángel A.A.

Las facultativas C.G.P y A.S.V., pertenecientes a la Clínica de Ponferrada, señalaron que el cadáver de la víctima se encontraba sobre la cama boca arriba, con una herida de entrada de bala en el dedo índice, lo que indica que se defendió de su asesino. «Hubo un único disparo, intentó evitarlo defendiéndose», señalaron las profesionales. El impacto de la bala hizo entrada en la región facial, justo por debajo del cerebro, causando una lesión vasculonerviosa que provocó la muerte inmediata al llegar la bala a una zona vital. «Parece claro que hay conocimiento de que el disparo provocaría el fallecimiento», señalaron.

Así, antes de la muerte, la víctima recibió entre ocho y nueve golpes fruto de un posible forcejeo, sin aclarar si se debió a una agresión directa. «Pudo golpearse con los muebles fruto del propio forcejeo», apuntaron las forenses.

La trayectoria de la bala fue casi perpendicular, con muy ligeras desviaciones de arriba a abajo y de derecha a izquierda. De hecho, una desviación mayor podría no haber supuesto la muerte inmediata ya que el encéfalo no tenía lesiones importantes.

En el caso del disparo que recibió J.M, vecino del acusado y de la víctima, con la que mantenía una relación, las forenses que redactaron el informe procedente, señalando que la bala le causó una herida en el hombro con fractura en el acromiun, una rotura del ligamento supraespinoso y, además, estrés postraumático.