La previsión de un invierno duro dispara la venta de mantas en Val de San Lorenzo, que ha subido un 15% en este año

Precisamente Paños de Lana es una de esas empresas familiares que ha sabido capear el temporal hasta ahora, al igual que las otras cuatro que resisten en esta localidad de 500 habitantes. «Cubrimos todo el proceso de realización de la manta, desde el cardado de la lana hasta el producto final», afirman en esta empresa que señalan que han notado incremento de ventas desde hace cinco años pero que actualmente el teléfono no para de sonar para realizar encargos.

Eso sí, advierten que el 70% de su producción va a parar al extranjero con ventas en Centro Europa, Alaska o EE. UU.

«Una manta tradicional, de lana merina, no se puede comparar con una acrílica. Además ya no pican ni pesan, como antaño», puntualizan señalando que alinean las fibras para impedir estos inconvenientes además de que los nudos «están hechos a mano».

La industria textil de Val de San Lorenzo se resintió ya a principios del siglo XIX, cuando la crisis industrial convirtió a Béjar (Salamanca) y Cataluña en los principales centros productores del sector textil, ya que fueron los lugares que mejor apostaron por la mecanización, además de que disponían de mejores medios de comunicación y de transporte de la mercancía. Pero los productores leoneses no quisieron quedarse atrás y optaron por la fabricación de mantas, con técnicas que aprendieron en las fábricas de Palencia.