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Como el entrañable Toto de Cinema Paradiso, Vicente López aprendió el oficio de proyector de cine siendo tan solo un niño. Fue él el precursor de muchos otros astorganos que aprendieron a amar el séptimo arte en los más de cien años de vida del Cine Velasco, uno de los cinco que llegó a tener la ciudad.
Corría el año 1911 cuando la ciudad benemérita disfrutaba de su auge industrial creando una burguesía que demandaba lugares de ocio. Fue así como nació el Teatro Velasco en el número 9 la calle Alonso Garrote, de la mando de Venancio Velasco. Con la llegada del invento de los hermanos Lumiere – o de Mariano Díaz Tobar— se convertía en cine en torno a los años 20 del siglo pasado.
Después llegaron las salas del Manuel Gullón, el Tagarro, el Capitol, el Asturic que durante décadas fueron frecuentadas por los astorganos de manera multitudinaria, compitiendo entre sí por abarrotar sus palcos y butacas. «Astorga tenía cinco cines y todos funcionaban bien. Cuando además en los años 50 y 60 había cines en todos los pueblos de alrededor», ha explicado Vicente, el dueño del local y quien lo explotó hasta 2007.
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La vida de Vicente, y de su familia, ha estado siempre marcada por el cine, desde que su padre lo adquirió en 1964. «Mi padre tenía una tienda de ultramarinos al fondo de la calle. Iban a cerrar el cine y lo adquirió con la idea de ampliar la tienda cuando finalizase el contrato que tenía Radio León», comienza a narrar Vicente de cómo este inmueble llegó a su familia.
Fue precisamente ese contrato el que permitió que la familia conociera el negocio que marcaría sus vidas. «Comenzamos a proyectar películas y el cine empezó a funcionar», señala Vicente quien cubría todos los puestos del negocio: realizaba la programación, proyectaba, pintaba las filigranas que anunciaban las próximas proyecciones, vendía las entradas…Él era el cine. «Prácticamente hacíamos todo, era un cine que se llevaba en forma familiar, que ahí está, seguramente el secreto de que funcionara tantos años porque todos los demás cerraron por el tema de empleados que te lleva la rentabilidad», destaca Vicente.
Visitar la cabina de proyección es adentrarse en el interior de Vicente. Las máquinas centenarias se combinan con carteles de películas, bobinas, y murales pintados por él mismo.
Cines de verano, proyecciones infantiles, Festival de Cortometrajes…una historia de amor entre Astorga y el cine que reavivó su llama hace diez años cuando la empresa Proyecfilm se hizo cargo de su explotación…hasta el pasado mes de septiembre cuando el celuloide abandonó la ciudad.
Una inversión de 60.000 euros con los que renovar el equipamiento que ahora se está desmantelando en el interior del cine y que no ha podido resistir al envite del streaming, así como la subida del precio de la luz y de combustibles con el que calientan las salas. Así ha supuesto que los pocos beneficios que han registrado este año se destinen enteramente al mantenimiento de los cines, tal y como ha destacado Joaquín Fuentes, gerente de Proyecfilm.
«Hasta antes de la pandemia los resultados eran buenos pero nos hemos acomodado un poco, nos hemos acostumbrado a las plataformas, a verlo en casa», advierte Vicente.
A pesar de este duro cierre, la ciudad sigue apostando por el cinematógrafo y lo hace no solo con el Festival de Cine que celebra cada mes de septiembre sino también con el Cine Clandestino, una iniciativa de la concejalía de Turismo. A través de ella se están proyectando seis grandes obras del séptimo arte en espacios secretos de la ciudad. Los 'clandestinos' son escogidos mediante un concurso que se lleva a cabo en el Facebook @AstorgaNeando.
Un hecho que deja a la provincia leonesa con tan solo siete lugares donde disfrutar de la pantalla grande, una cada 66.070 habitantes. Cuatro de estos cines que todavía perviven están en la zona rural como son Cistierna, Valencia de Don Juan, Santa María del Páramo y Villablino; a estos se suma el Cine Teatro de La Bañeza que gestiona directamente el Ayuntamiento. Esto supone dos cines menos pero dos salas más que una década atrás, al cierre de 2007, en el inicio de la crisis económica.
Ahora, la pantalla del Cine Velasco, levantada para su extracción final, cuelga el rotulo de FIN ¿para siempre?
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Sara I. Belled, Clara Privé y Lourdes Pérez
Clara Alba, Cristina Cándido y Leticia Aróstegui
Javier Martínez y Leticia Aróstegui
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