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Segunda jornada del juicio por el homicidio de una mujer en La Silva. Muchos de los testigos, familiares y vecinos llamados a declarar han renunciado a acudir a la cita y le ha tocado el turno al padre y el hermano del acusado.
El padre ... recordó que «el día antes hubo una discusión» entre los tres, pero no supo concretar el motivo alegando «problemas de familia». Esa noche su hijo, que había abandonado el pueblo le llamó desde Valladolid y «me dijo que le diera la medicación a su madre». Una de las tareas que J.M.C.A. cumplía a diario dentro del cuidado de la víctima.
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«Fui a casa por la mañana», relata el padre recordando la jornada en que ocurrieron los hechos, «vi el coche de mi hijo y di por supuesto que le iba a dar él la medicación y ni entré en casa». No sabe a qué hora recibió una llamada de J.M. que le decía, sin más explicación, que acudiera a la vivienda.
«Cuando se abrió la puerta me dijo que llamara a la Guardia Civil, fui a la habitación donde estaba e intenté darle los auxilios correspondientes», asegura el varón. El padre del acusado recuerda que «ella estaba sentada en el sofá», a pesar de que en las imágenes que la Guardia Civil tomó en el lugar aparece tumbada.
En el momento de la reanimación su hijo le dijo «que la dejara morir dulcemente».
También ha declarado el hermano del acusado, que llegó al lugar cuando ya estaba la Guardia Civil al encontrarse trabajando en el momento de los hechos. El varón ha reconocido que el acusado estaba «pendiente de ella a todas horas» y ha considerado que lo que había entre era «amor entre los dos».
Con la cabeza ladeada, los ojos cerrados y la mano en la frente, el acusado ha seguido las declaraciones sin querer mirar a nadie, ni tampoco a la pantalla cuando han mostrado las imágenes de la vivienda. Al terminar la declaración su hermano se ha dirigido a él y ha dicho: «Te quiero hermano».
En esta segunda jornada, también han declarado las forenses que han recordado que el cuerpo se encontraba «boca arriba en el sofá con las piernas colgando y un cojín sobre la cavidad torácica. Unas marcas compatibles con el estrangulamiento».
En la declaración han recordado que aparecieron «erosiones y lesiones en la parte interna del labio inferior que responde a una compresión con un objeto externo». En este caso, sospecharon del cojín que tenía sobre el cuerpo.
La defensa ha preguntado cómo puede ser que el cojín no tuviera restos de ningún tipo y las forenses han asegurado que «no tiene por qué dejar restos de saliva o piel, es probable, pero no es obligatorio»
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