La juez titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de Lena (Asturias) decretó dejar en libertad con cargos de hurto a los tres detenidos por intentar robar en la jornada del martes en una sucursal bancaria de Pola de Lena. Así lo decir ... tras tomarles declaración, según informó el Tribunal Superior de Justicia de Asturias (TSJA).
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Los procesados tienen la obligación de acudir a sede judicial los días 1 y 15 de cada mes. La Fiscalía no pidió prisión para ellos. Incluso la Guardia Civil, que se hizo cargo de las diligencias del caso, calificó el delito como de hurto en grado de tentativa.
Era lo esperado por el abogado de los tres arrestados, de nacionalidad cubana, Pedro J. C, con domicilio en Ciudad Real; Alberto H. y María Rosario R., ambos residentes en Madrid. «¿Qué han hecho? Intentar llevarse algo de dinero procurando desviar la atención de los empleados, un hurto al descuido. Por eso les puede caer hasta cuatro meses de cárcel. Pero mis clientes, aunque cuentan con antecedentes policiales por hechos similares, nunca han sido condenados en firme por tribunal alguno», explicaba el letrado Pedro María Román.
El representante legal de los tres acusados admitía sin tapujos que se trata de una actuación perfectamente planificada para evitar una acusación más grave que el hurto. «Fueron los empleados de la entidad bancaria quienes se dieron cuenta de lo que estaba pasando; la directora se interpuso en su camino, cerró la puerta y dijo 'de aquí no sale nadie hasta que llegue la Guardia Civil'. No opusieron resistencia, no amenazaron a nadie, se entregaron sin causar más problemas». La técnica les funcionó ayer: lograron la calculada libertad.
De hecho, no es la primera vez que los procesados se ven en una situación similar. «Dos de mis clientes -los dos hombres- estaban en búsqueda y captura decretada por los juzgados de Astorga y de Santander, por lo mismo, por hurtos al descuido en sucursales bancarias», indicó. Estos hechos ocurrieron en los meses de octubre y noviembre. Entonces no fueron interceptados, pero sí que se logró su identificación gracias a las grabaciones de las cámaras de seguridad. «Ahora van a tener que declarar también por estos hechos aquí en Asturias», añadía el abogado.
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Sabían perfectamente lo que hacían, la forma de actuar y los métodos para que la calificación del delito fuera el más laxo posible. Tres personas -dos hombres y una mujer- accedían el martes por la mañana, poco antes de las nueve, a la sucursal del Banco Santander que se encuentra en el parque Alfonso X El Sabio, en pleno centro urbano de Pola de Lena.
Intentaron distraer a los dos trabajadores que a esa hora había en la oficina, pues previamente habían rociado con un líquido viscoso el cajero que hay en el exterior y después se quejaron de que no podían hacer uso de él para obligar a uno de los empleados a salir. En el interior intentaron coger al descuido todo el dinero que podían, que fueron más de 2.000 euros.
Pero todo se fue al traste cuando una empleada se dio cuenta de lo que ocurría, activó la alarma, llamó al servicio de emergencias y cerró la puerta de la entidad para impedir la fuga de los asaltantes. Poco después, fueron arrestados gracias a la rápida acción de la Policía Local y de la Guardia Civil.
En el exterior de la oficina había un cuarto individuo que esperaba en un coche y, al ver lo que estaba sucediendo, se dio a la fuga. La Guardia Civil activó de forma inmediata un operativo para su interceptación y arresto, aunque aún sin resultado. En interior de la oficina había varios clientes que no corrieron riesgo en momento alguno.
El representante legal es el habitual en la defensa de este colectivo que se dedica a realizar pequeños hurtos al descuido. Tienen ya técnicas estudiadas, como la que emplearon en Lena; esto es, manchar el cajero para que salga uno de los empleados al ser advertido de que no funciona. Pero hay más. «Yo vengo desde Ciudad Real, porque otro compañero mío, el de Madrid, se encuentra ahora allí por un caso similar». ¿Se trata de una banda organizada? El abogado lo niega de forma tajante. «Es más bien una cooperativa», decía. No se trata de una asociación cerrada, es más bien una unión temporal para acometer algún hurto de este tipo, especificaba. De hecho, calcula que en Madrid hay unas trescientas personas de esta comunidad que mantienen contacto con este fin.
Juegan, de este modo, con las leyes y con la poca entidad de lo sustraído. El martes lograron hacerse casi con un botín de 2.000 euros. Pero dejaron el dinero de manera inmediata al verse descubiertos. Todo fue en grado de tentativa. La arrestada no tenía siquiera antecedentes policiales, mientras que a ellos les consta «otras cinco o seis detenciones, pero no han sido condenados». ¿Y si alguna vez llegan a tener antecedentes judiciales y ya cabe la posibilidad de acabar en la cárcel si reiteran el delito? Una vez que se llega a ese extremo, ya no participan en más hurtos, relata el abogado.
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Sobre el individuo fugado, el abogado decía desconocer que hubiera un cuarto implicado en el caso, a pesar de que incluso los empleados del banco hablan de una quinta persona que también estaría envuelta en la operación frustrada. La Guardia Ciivl inició un operativo para su interceptación que no ha dado, de momento, resultado.
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