Los Astures y Romanos que no pudieron ser

A medidados del mes de mayo, el Ayuntamiento de Astorga hacía oficial un comunicado en el que anunciaba la suspensión de las fiestas de Astures y Romanos programadas para este año 2020.

En sus redes sociales el consistorio maragato explicaban las razones que, tanto al Ayuntamiento como a la Asociación de Astures y Romanos les llevaron a esta situación. El compromiso contra la pantemia motivó la decisión. Astorga se quedó en 2020 sin su fiesta, pero no se ha quedado sin sus carteles.

Desde la Asociación que organiza el evento han compartido con leonoticias los carteles que este 2020 hubieran anunciado las fiestas. Tres obras de arte que bien merecen ser observadas.

La asociación de Astures y Romanos de Astorga, en su compromiso por mantener viva la historia a través de su recreación en las fiestas de astures y romanos, en este año, ha editado una serie de cartelería para su difusión en medios electrónicos, serie que se ha completado recientemente. En la edición de fiestas 2020, postergada por motivos evidentes, la temática elegida fue la música y la ética agonística como elementos principales. Dada la imposibilidad de ahondar en ellos a través de conferencias, exposiciones y actividades desarrolladas en las fiestas, se ha querido capturar esta esencia en la secuencia artística publicada en redes sociales.

La autoría de esta obra pertenece a Jaillus, artista encargado del cartel de fiestas 2019, en el cual con maestría se presenta un primer contacto entre el Imperio Romano y la población indígena Astur, dando pie a través de un vaticinio en el fuego al devenir entre estos pueblos, sutil preámbulo de los carteles del 2020 y de la propia historia.

Los carteles reflejan el encuentro bélico de la guerras asturcántabras en tres episodios, representando la temática de la fiesta a través de la muerte de una mujer astur y que son enlazados elegantemente en frases latinas con las circunstancias que vivimos actualmente.

La lucha es inminente, alea iacta est.

Es momento de combatir, de aguantar la lluvia de proyectiles y aferrarse fuerte al scutum.

Si los dioses son propicios volveremos, aún más fuertes, a tentar al destino en otra batalla.

¡La suerte está echada!

La lucha es encarnizada en cada castro, en cada camino, en cada valle... Pero ahora, en un momento de quietud, la imagen de ese maldito puente asalta mi mente.

Mi mano sostiene el pequeño torques que siempre llevabas atado al cuello. Veo pasar su dorado reflejo velozmente por mi memoria, como lo hizo por la superficie del agua.

Los peores augurios de los ancianos se estaban cumpliendo. Ante la presencia de las antiguas ofrendas de nuestros ancestros, defendiste el río como una verdadera hija del Ástura. Ellos decidieron levantar un puente en el punto más sagrado del río, pero pagaron en sangre el precio de cada piedra.

Ayer parecía que nada de esto podría pasar y hoy intuyo que todo está más cerca de resolverse, para bien o para mal, el tiempo vuela...

Mientras los carroñeros celestiales se arremolinan ante tu cuerpo, sentimientos encontrados se debaten en mi interior.

Pronto cruzarás el umbral en su vuelo, alcanzando el mayor honor conocido de nuestro pueblo. Colmaste de orgullo a nuestros hijos, aunque ninguno podremos evitar echarte de menos.

Parece que la guerra llega a su fin, al menos por el momento. Otra vida se nos presenta donde las tornas del poder han cambiado, y yo sin fuerzas para luchar, cuidaré de nuestros hijos y los cobijaré en las costumbres de nuestros ancestros, hasta que la nueva generación pueda volver a presentar batalla.

Mientras tanto, espérame en Letavia, a donde los valientes, alzados por buitres y cuervos, vuelan tras la muerte

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