El sacerdote acusado de pederastia podría volver a dar misa y confesar

Ni la sanción ni la jubilación solicitada por el sacerdote impedirían a José Manuel Ramos Gordón ayudara otros compañeros en ejercicios pastorales | El obispo investigará personalmente el segundo caso de abusos

a. cubillas

Viernes, 17 de febrero 2017, 10:09

José Manuel Ramos Gordón, el sacerdote de la Diócesis de Astorga, acusado de abusar al menos de dos menores durante su etapa como profesor en el Seminario Menor de La Bañeza en los años 80, no volverá a tener cargo de responsabilidad diocesana lo ... que no le impedirá realizare ejercicios pastorales.

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Así lo confirmó este jueves el obispo de Astorga, Juan Antonio Menéndez, que recordó que a pesar de la prescripción civil y canónica de los hechos ocurridos, la Santa Sede castigó a Ramos Gordón con la derogación de la prescripción canónica tras confirmarse que era culpable de un delito de tocamientos a menores «con fin libidinoso».

Concretamente, según recordó, al sacerdote ha sido privado de todo cargo pastoral durante un año y obligado a realizar ejercicios espirituales y obras de caridad. Un castigo que, pasado ese periodo le permitiría volver a su vida pastoral si no hubiera sido porque el acusado solicitó voluntariamente su jubilación.

En cualquier caso, tras una revisión de su pena y la consecuente comunicación a la Santa Sede, el sacerdote podría realizar ejercicios pastorales, como la colaboración en las eucaristía o en las confesiones. Podría ayudar pero nunca con responsabilidad sobre una parroquia, remarcó Menéndez.

Él está jubilado a petición suya. La jubilación canónica contempla la retirada de todos los cargos de la Diócesis. Normalmente suele suceder a los 75 años que cuando está mandado que los párrocos presenten al obispo la jubilación de sus parroquias, limitándose a ayudar a otros compañeros. Porque el sacerdote es hasta el final de la vida.

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Segunda denuncia

Sobre la segunda denuncia de un exseminarista, el obispo aseguró encargará una investigación preliminar con el nombramiento de una persona que investigue los hechos para, posteriormente, enviar las conclusiones a la Santa Sede. Son hechos ocurridos hace más de tres décadas y han prescrito por el derecho canónico y civil y por tanto es la Santa Sede la que decidirá.

En este sentido, Menéndez negó saber de la existencia de los abusos a menores en el Seminario de La Bañeza así como los motivos por los que se decidió trasladar a José Manuel Ramos Gordón a Tábara (Zamora) dado que fue mi predecesor en el cargo, Antonio Briva, ya fallecido, el que tomó esa decisión y negó que el primer denunciante haya solicitud una compensación económica por los daños causados.

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Según ha trasladado a los medios, pide una compensación para resarcir el daño pero yo no puedo hacerlo porque no consta un base legal que lo avale ya que no consta una sentencia legal ni canónica que respalde esto. Por mi parte no puedo hacerlo ya que sería malversación de fondos, concluyó Menéndez.

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