Adelita en 1996 aprovechando las corrientes oceánicas recorrió cerca de 14.500 kilómetros que separan la Baja California (México) de la costa este de Asia. Lo hizo sin coger ni un solo medio de transporte y a unos 35 kilómetros a la hora que es ... la velocidad de nado de las tortugas boba (Caretta caretta). Esta fue la primera vez que se documentó científicamente la migración de esta especie entre las dos costas del Pacífico Norte. Ahora, este animal junto con otros 1.200 están en peligro de extinción, según Naciones Unidas.
Cada año, millones de especies viajan, como Adelita, a sus lugares de reproducción, pero cada vez llegan menos. Cruzan mares, océanos, atraviesan nubes, sortean ríos y hasta cordilleras montañosas. «Juegan un papel integral tanto en mantener la función de los ecosistemas más complejos como en hacerlos resilientes», señala Inger Andersen, directora ejecutiva del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma). «Las actividades humanas insostenibles ponen en jaque el futuro de las especies migratorias», añade.
Los datos revelados este lunes por la Convención sobre la conservación de las especies migratorias de animales silvestres son preocupantes. Del listado investigado, el 22% del total de especies y el 98% de los peces están en peligro de extinción. ¿Las causas? La sobreexplotación debido a la pesca y a la caza; el deterioro de los hábitats; la polución lumínica, acústica, química y plástica, además del cambio climático, son los principales culpables de la caída. «Estas criaturas desempeñan un papel integral en el mantenimiento del función y resiliencia de los complejos ecosistemas de nuestro planeta», denuncia la directora ejecutiva del Pnuma.
El informe, presentado en la apertura de la 14ª conferencia de la Convención Internacional de las Especies Migratorias de Animales Silvestres (CMS), pone el foco en la recuperación en áreas clave para la biodiversidad. «La mitad de ellas carece de protección y el 58% está experimentando niveles insostenibles de presión causada por el hombre», advierte Naciones Unidas en el informe. «Las especies migratorias dependen de una variedad de hábitats específicos en diferentes momentos de sus ciclos de vida. Viajan regularmente, a veces miles de kilómetros, para llegar a estos lugares. Se enfrentan a enormes desafíos y amenazas a lo largo del camino, así como en sus destinos donde se reproducen o se alimentan», explica Amy Fraenkel, secretaria ejecutiva de la CMS.
El estudio apunta a la agricultura como uno de los culpables del mal estado de estos hábitats en el mundo. A principios de febrero, la Estación Biológica de Doñana hizo repaso del estado de salud de la biodiversidad en el parque nacional. Este enclave natural al sur de la península ibérica batió su mínimo histórico de aves en 2023. «Doñana ya no cumple con sus funciones ecológicas para la reproducción e invernada de las aves migratorias, por las que ha merecido figuras de protección y reconocimiento internacional, debido a la degradación de sus hábitats acuáticos», advirtió a mediados del año pasado la asociación ecologista SEO Birdlife.
Caza y pesca en el foco
La pérdida de especies no solo está influida por la desaparición de sus hábitats. «Las dos mayores amenazas para las especies son la caza insostenible y la sobrepesca», destaca el estudio. Según los datos de la CMS, el 70% de los mamíferos terrestres incluidos en su lista son objetivo de los cazadores. «En gran parte para satisfacer la demanda interna de carne silvestre», detallan.
Se estima que entre 11 y 36 millones de aves son sacrificadas o capturadas ilegalmente anualmente en la región mediterránea , y se estima que otros 1,7-4,6 millones son matadas o capturadas ilegalmente en la Península Arábiga, Irán e Irak. «Las cifras, apuntan los primeros indicios, pueden ser aún mayores en el sudeste asiático»
En el caso de la sobrepesca, la amenaza se cierne sobre los tiburones y las rayas, aunque «su captura suele ser de forma accidental», revela la investigación. Explica la CMS que las poblaciones globales de especies de tiburones y rayas oceánicos han disminuido un 71% desde 1970, coincidiendo con un aumento de 18 veces en la presión pesquera.
Además, el cambio climático, la contaminación y la introducción de especies invasoras tienen, según el informe, un «profundo impacto» en las especies migratorias.
Claves en el entorno
Las especies migratorias desempeñan un papel esencial en el mantenimiento de los ecosistemas del mundo y proporcionan beneficios vitales al polinizar plantas, transportar nutrientes clave, cazar plagas y ayudar a almacenar carbono. «No podemos darnos el lujo de demorarnos y debemos trabajar juntos para hacer realidad las recomendaciones», alerta Andersen.
El informe destaca la necesidad de una «mayor cooperación internacional» para conservar las especies migratorias. El informe de la ONU detectó que 399 especies migratorias, especialmente aves y peces, están amenazadas o casi amenazadas, «pero aún no están incluidos en la lista de la CMS», advierten.
Una prioridad clave, señala la CMS, es mapear y tomar medidas adecuadas para proteger los lugares vitales que sirven como sitios de reproducción, alimentación y escala para las especies migratorias. Esto junto la acción conjunta entre la esfera pública y privada «permite recuperar poblaciones y especies enteras».
El estudio muestra que la recuperación de la población y de toda la especie es posible y destaca casos de cambios de políticas exitosos y acciones positivas. Los ejemplos incluyen la acción local coordinada que ha permitido reducir el uso de redes ilegales para aves en un 91 por ciento en Chipre, y un trabajo integrado de conservación y restauración enormemente exitoso en Kazajstán, que ha salvado al antílope Saiga del borde de la extinción.
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.