Arte contra la crisis climática

Al tomar distancia, el 'desnudo' cerezo coge color. Lo toma de la pared tras él y de los brochazos 'activistas' de Banksy. El artista urbano reivindicó su autoría en su perfil de Instagram. Un 'manchurrón' verde sobre un lienzo blanco da vida a este cerezo con más de 5 décadas en sus ramas y troncos. «El mensaje es claro: la naturaleza está luchando y depende de nosotros ayudarla a volver a crecer», indicó a la BBC tras ver el mural James Peak, que creó para la cadena británica 'The Banksy Story'.

No es la primera vez que este artista pinta por el medioambiente. En 2010, este autor denunció en un mural en Detroit (Estados Unidos) el avance de las ciudades a costa de los espacios verdes. Banksy se valió de tres elementos: un niño, un pincel rojo y una frase. Este es el mural que fue bautizado como «Recuerdo cuándo todo esto eran árboles» y que acabó siendo subastado por casi 140.000 euros.

Pero las obras del artista británico no son la única denuncia contra la crisis climática. En la península ibérica también aparecen obras que claman contra la inacción ante el calentamiento global. «El mundo se va por el desagüe» o «La naturaleza primero» son dos pinturas urbanas que se encuentran por las calles de Santander, el primero, y de Olot en Girona, el segundo. La firma no es la de Banksy, sino de Pejac. Un santanderino de nombre Silvestre Santiago cuyos trabajos se mueven entre el dibujo, la pintura, la escultura o el grafiti. Y las temáticas siempre tienen un componente social y rasgos críticos.

Las ciudades y sus calles son las principales salas elegidas por estos artistas urbanos. Así también lo hicieron Christian Rebecchi y Pablo Togni, cuyas piezas buscan remover conciencias y llamar a la acción en defensa del medioambiente.

También se cuelan en las galerías de arte y en las muestras expositivas. En 2013, The Weather Proyect se 'coló' en la Sala de Turbinas de la Tate Modern de Londres. Con esta muestra, el danés Olafur Eliasson trató de trasladar a los visitantes algo parecido a lo que sentirán los habitantes del futuro próximo si no se consigue ralentizar el aumento de las temperaturas del planeta. Cuatro años más tarde, el estadounidense Lars Jan asombró a los visitantes de la Art Basel Miami Beach, una feria de arte contemporáneo, que recreaba la famosa Miami bajo el mar como consecuencia del cambio climático.