En las anteriores revoluciones industriales no había una fecha fija, ni tampoco un tiempo establecido para su adaptación. «Ahora estamos en los albores del tercer gran cambio y sabemos el año», asegura Mar Cohnen, directora de XL Semanal, en el evento 2035: Tiempo de moverse ... celebrado en Mobility City de Zaragoza de la Fundación Ibercaja. Precisamente, esa es la fecha elegida por la Unión Europea para apagar los motores de combustión y prohibir su venta, salvo contadas excepciones.
Una hoja de ruta que está por hacerse realidad, aunque tiene una marcada línea roja: «No se puede entender si no es sostenible y accesible», advierte José Luis Rodrigo, director de la Fundación Ibercaja. Ahora queda definir cómo será ese medio de transporte: ¿patinetes? ¿motos? ¿coche? El adjetivo está claro: eléctrico. Aunque «nos presentamos ante un gran desafío», señala Cohen.
Un reto con muchas exigencias, las regulatorias y también las de los clientes. «El ciudadano tendría que ser el más beneficiado de esta revolución, pero pensamos que es el más dañado porque no sabe qué coche comprarse o qué tecnología elegir», advierte Marta Blázquez, vicepresidenta ejecutiva de Faconauto. En la actualidad, apenas el 2,7% del total de vehículos matriculados en España son eléctricos o electrificados.
El año pasado, en España, se matricularon un total de 36.452 vehículos eléctricos, una cifra superior a la de 2021. «El precio es una gran barrera de acceso», responde José Antonio León Capital, director de comunicaciones y relaciones institucionales de Stellantis. El precio medio, según el IV Observatorio de Movilidad de Grant Thornton, es de 28.000 euros. «Calculamos que poco más del 20% de los hogares españoles puede acceder a ellos», explica Blázquez.
36.452
vehículos eléctricos
se matricularon en España en 2022
La inversión a la hora de hacer la adquisición es una gran barrera, «pero no es la única», apostilla el 'dircom' del grupo Stellantis. «Faltan muchos puntos de recarga», añade. Actualmente, el despliegue de estas estaciones públicas superan los 17.000, muy lejos de lo establecido por Bruselas y también por lo plasmado por el Gobierno de España en su Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR), que lo fija entre 80.000 y 110.000 puntos de recarga públicos desplegados al cierre de este año. «Estamos a la cola en Europa y eso frena la venta de coches eléctricos», alerta León Capitán.
«Estamos a la cola en puntos de recarga públicos y eso frena las ventas de coches eléctricos»
José Antonio León Capitán
director de comunicación y relaciones institucionales de Stellantis
Con estos datos, España necesitaría instalar como mínimo más de 60.000 puntos en los próximos meses para cumplir con sus metas marcadas con la Unión Europea. «El año pasado instalamos 3.000 cargadores y esperamos cerrar este ejercicio con 6.000», revela Miriam de Gracia Gil Cuesta, jefa de producto de recarga pública de Iberdrola.
Las energéticas son las más 'ambiciosas' en el despliegue de estas infraestructuras dentro de las fronteras españolas. Endesa, Iberdrola, Repsol y EDP cuentan, solo ellas, con cerca de 10.000 puntos de recarga de acceso público, más de la mitad del total nacional. «Si logramos cerrar este círculo, podríamos cumplir con los datos», apunta Mar García Ramos, socia de consultoría de Negocio e Innovación Automoción y Movilidad de Grant Thornton.
«Lento cambio de paradigma»
El cambio del motor a combustión a eléctrico supone una revolución a varios niveles: industrial, social y de administración. «Yo he venido hasta Zaragoza en mi coche eléctrico y me han sobrado 32 kilómetros de autonomía», señala Álvaro Sauras, director de Autofácil. «Ahora lo recargaré en 30 minutos, pero he tenido que ver que haya puntos de recarga», apostilla.
La limitación de la autonomía de las baterías es otra de las grandes barreras que tienen los vehículos eléctricos en su despliegue en el parque móvil español. «Tengo que ver que haya alternativas por si acaso no funciona uno, esto puede generar ansiedad al conductor, añade Sauras. «En el despliegue de los cargadores hay que pensar en las necesidades de todos los usuarios», señala la jefa de producto de recarga pública de Iberdrola.
«Antes al cumplir los 18 años había que sacarse el carnet de conducir, ahora no es una prioridad»
Isabel García Frontera
directora general de Free Now España
Unos deseos que son diferentes según la edad y la procedencia. Los jóvenes han dejado de ver el coche como una prioridad. «Antes al cumplir los 18 años había que sacarse el carnet de conducir, ahora no lo es tanto», detalla Isabel García Frontera, directora general de Free Now España.
En la actualidad, la juventud prefiere utilizar diferentes servicios de alquiler y uso compartido que embarcarse en la compra de un modelo nuevo. «Estamos ante un lento cambio de paradigma», apunta García.
Los datos de ventas y encuestas lo demuestran, ya que de la gente entre 19 y 34 años, el 19% se decanta por el alquiler, el 17% por el carsharing y el motosharing y el 15% por el modelo de suscripción. «La gente que vive dentro de las ciudades se plantea mucho tener o no un coche en propiedad, hay muchas alternativas de movilidad y, además, sostenible», destaca Jaime Sacristrán, CEO de Wifly.
Esto está provocando una revolución también en la industria automovilística y en las ciudades, ya que «el 97% del tiempo el coche en la ciudad está parado», recuerda Ignacio Santillana, director de servicios de sistemas de información del Ayuntamiento de Barcelona. La movilidad urbana ya no es sólo coche, también se habla de bicicleta, patinete, moto o autobús. «Esto hace que muchas empresas hablen de servicios de movilidad a la carta con suscripción», apunta Jaime Armengol, coordinador del Mobility City. Aunque «todavía es necesaria la posesión de vehículo, pero cada vez menos», apostilla.
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