Fernando R. Santocildes, abogado

Especial cinco años de la pandemia

«La covid se ha usado para institucionalizar cuestiones que ralentizan los trámites a los ciudadanos»

Covid. La palabra para designar a un nuevo coronavirus detectado en China ganaba presencia desde las navidades de 2019. Pero no fue hasta marzo cuando otro término estaba empezando a resonar en nuestras mentes: confinamiento. «Estábamos sobre aviso. El trece decidimos cerrar el colegio. Había un decreto que lo suspendía todo: señalamientos, juicios, plazos…, recuerda Fernando R. Santocildes, presidente ya entonces del Colegio de Abogados de León y ahora también del autonómico, sobre aquellos primeros momentos de la pandemia.

Aquel parón obligado, sin embargo, no podía ser total: «Había una realidad que no se podía evitar, que era la asistencia a detenidos, a víctimas de violencia de género… Articulamos ese mismo día una reunión con Audiencia Provincial, Fiscalía Provincial, jueces de instrucción; y trabajando coordinados con Guardia Civil, Policía Nacional y Policía Local, hicimos un esfuerzo para que los abogados y abogadas de guardia tuvieran a disposición una mascarilla, guantes y un bote de gel desinfectante. Ahora es asequible pero entonces resultaba muy complicado».

El esfuerzo de adaptación también fue tecnológico: «Lo que teníamos pensado para más adelante lo hicimos de un viernes a un lunes. Antes, el abogado o abagada de guardia recogía un teléfono móvil en el colegio y lo dejaba al siguiente, pero cambiamos a una centralita de guardia que desviaba la llamada de la policía a quien estuviera de guardia sin tener que cambiar de dispositivo. Además, en aquellos días, la mayor parte de las diligencias se hacían de forma telemática».

Santocildes, a pesar del buen trabajo hecho lamenta que «a la profesión le afectó mucho porque parar suponía no hacer juicios ni facturar mientras los gastos de despacho se seguían generando».

«Fueron años de ir y volver de confinamientos que hicieron crecer el tapón que ya existía. La paralización se fue incrementando porque había que celebrar lo que estaba previsto más lo que se suspendió. Fue una acumulación extraordinaria porque un bombazo como estos lo dejó aún peor. A finales de 2020 se volvió a parar y después había procesos que se volvían a suspender porque alguno de los intervinientes tenía covid y no se podía hacer nada», rememora este abogado sobre los años más difíciles en sus treinta de profesión.

Y «cuando parecía que ya todo iba bien y nos recuperábamos nos encontramos con dos huelgas de la administración de justicia en 2021 que lo remataron todo», afirma el presidente del Colegio de Abogados de León.

«Hemos avanzado en digitalización pero hay una falta de criterio objetivo a la hora de utilizarlo para vistas telemáticas. Hay algunis juzgados, como el de los Contencioso Administrativo de León, que sólo hace vistas telemáticas». Santocildes considera positivo que se haya pasado de no hacer ninguna a que exista esa posibilidad, y también que sea más fácil acceder al expediente digital.

Por eso, cuestionado sobre lo poco «positivo» que ha podido dejarnos una pandemia así, Fernando R. Santocildes responde: «¿Positivo? Poco positivo podemos sacar de una pandemia. Además, el impulso de la digitalización no puede ir en merma de la inmediación porque hay temas en los que no puede haber testimonios recogidos de forma telemática como en familia o penal. Que uno esté en una cámara o en una sala cambia mucho, sobre todo en causas penales».

También considera algo forzada la implantación de algunas recursos técnicos: «Hemos avanzado en algún sentido pero también se han implantado legalmente medios tecnológicos que no van acompañados de medios materiales para que esa tecnología funcione y que han impedido la celebración de vistas por esos problemas tecnológicos. Se promueve la ley, pero sin medios esa ley es papel mojado».

Santocildes incide en que muchas situaciones provocadas por el confinamiento y las restricciones tendrían que haber vuelto total o parcialmente a lo que había antes de la pandemia: «Hubo problemas que arrastramos mucho tiempo una vez superada la pandemia como la limitación de entrada a personas en los edificios judiciales, el acceso a las oficinas, mamparas cuando no había covid, y en muchas administraciones el tema de la cita previa, que a veces era pedir cita previa para pedir cita previa».

Un tema, el de la cita previa que «en algunos casos se ha dejado y es un obstáculo al ciudadano. Hemos aprovechado que la covid pasaba por aquí para institucionalizar cuestiones como la cita previa que ralentizan, obstaculizan y dificultan, sobre todo en un sector de la población olividado que por muchos motivos (edad, cultura…), no tiene acceso al mundo digital como otras personas. Hay quién no sabe pedir una cita por el móvil».

El presidente de los abogados colegiados leoneses remarca que «hay una brecha digital, por ejemplo en el mundo rural donde en muchos sitios no hay cobertura para pedir, por ejemplo una cita médica, por una página web o la app de un móvil. En muchos pueblos todavía no se puede acceder a Internet».

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