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Centro de Ayuda Humanitaria del Chalé del Pozo, en Villarrodrigo. Peio García
La actividad del Chalé de Pozo se renovará «mes a mes» en función de la «urgencia humanitaria»

La actividad del Chalé de Pozo se renovará «mes a mes» en función de la «urgencia humanitaria»

Tres migrantes ya llevan un mes trabajando y otros seis comenzarán en septiembre, requeridos sobre todo por el sector de la construcción, forestal, metalurgia y mataderos

Jueves, 12 de septiembre 2024, 08:16

El Chalé del Pozo sigue activo, ejerciendo de centro de ayuda humanitaria en la localidad leonesa de Villarrodrigo y con la previsión de seguir abierto «mientras sea necesario».

Así lo ha explicado a leonoticias la coordinadora del programa de porteccion internacional y ayuda humanitaria de San Juan de Dios, Dolores Queiro, que reconoce que el contrato de actividad de este centro se renovará «mes a mes».

«De momento, hemos renovado el convenio para el mes de septiembre, pero lo lógico es que siga abierto en octubre y se seguirá renovando mientras la necesidad persista», explica Queiro, que señala que la actividad de este centro va ligado a la «urgencia humanitaria» que se vive en las costas de Canarias y Ceuta: «Mientras la necesidad sea acuciante, seguirá abierto».

Salida laboral

En el centro, explica, continúan 178 de los 180 migrantes que llegaron. Dos de los usuarios, que protagonizaron la pelea que tuvo lugar en el inicio de actividad del centro, decidieron irse porque encontraron trabajo por otras vías en Canarias y Madrid. «Ha sido el único incidente que ha habido en este centro», apostilla Queiro.

Este grupo de solicitantes de asilo, procedentes de Mali, está en continua formación para encontrar trabajo. De hecho, explican desde San Juan de Dios, tres de ellos han comenzado a trabajar en agosto y seis más lo harán en septiembre.

«Nosotros orientamos en la búsqueda de empleo y, como tenemos experiencia en ello, ya tenemos coordinación con distintas empresas y con otras que nos han llamado», sostiene Queiro, que señala que algunos de los sectores que más demandan emplear a estos solicitantes de asilo son la construcción, el área forestal, la metalurgia o los mataderos.

El día a día en el centro y la «buena convivencia» vecinal

Desde su llegada a España, estos migrantes solicitan asilo y, a los seis meses, reciben el permiso de trabajo. Si, en su caso, logran la catalogación de refugiado, ese permiso laboral se obtiene de forma automática y, en el Chalé del Pozo, cuentan con él 14 usuarios.

En este centro están empleadas más de 50 personas cuyos contratos también se renuevan «mes a mes» en función de la actividad del Chalé del Pozo. El día a día en el centro consta de unas clases de español, que se suelen impartir por las mañanas a las que sigue un periodo para otros trámites como «orientación laboral, cursos de prevención de riesgos laborales o de otros áreas de trabajo, trámites médicos o cita psicológica». Después de comer, continúan los cursos y también el momento del ocio: «Muchos van hasta León en bicicleta, otros ya juegan en equipos de fútbol y baloncesto incluso hay otros apuntados a boxeo con un voluntario de Armunia».

Desde San Juan de Dios también destacan la «buena convivencia y ambiente» que se viven en este centro, donde sólo ha habido un incidente, una pelea entre dos migrantes, al inicio. Y también hay una gran relación, afirman, con el vecindario: «En los primeros días, sí que se acercó alguna persona a soltar algún improperio, pero ahora todo el mundo está muy abierto y los chicos ayudan a cargar bolsas de la compra por ejemplo». Dolores Queiro también destaca la «solidaridad» de Villquilambre, cuyos habitantes «han donado ropa o bicicletas y tenemos varios voluntarios de este municipio».

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