«¡Viva el Rey!»

Emoción contenida en un acto en el que el Felipe VI ha remarcado el valor, la grandeza, la fortaleza ante los difíciles momentos y la ejemplaridad del Ejército del Aire y los nuevos retos a los que se enfrentan sus profesionales.

«Es un día de celebracion, muy importante para el Ejército, para la Academia y para todos. Llevamos un año perdido en celebraciones porque no se pudo hacer el año pasado. Estamos despidiendo nueva promocion y a ellos me dirijo para felicitarles y agradecerles esfuerzo y darles suerte en su progresion», ha remarcado el monarca en su intervención posterior al acto oficial.

A lo largo de la misma ha felicitado «a familias, compañeros, profesores que en esta academia han hecho todo lo posible para que salgan con la mejor formación para servir al Ejército del Aire de España».

Felipe VI también ha agradecido de forma explícita «al coronel Ballesta sus tres años dedicados a la Academia» al mismo tiempo que ha dado «la bienvenida a don Pablo».

El monarca ha recordado que se trata de «una formación exigente, con nuevos programas y especialidades y esa es demostración de dinamismo y adaptación a nuevos tiempos y evolución tecnológica. Un brindis por los que se han quedado por el camino, a los que estan fuera defendiendo a España y sus alianzas de organismos en los que participamos. Recuerdo a compañeros que no pueden terminar el curso hoy pero siguen esforzándose. Brindo por nuevos sargentos que se incorporan. Brindar por la academia y por España».

De este modo el rey Felipe VI ha presidido el acto estrella de la XXX promoción de la Escala de Suboficiales en el que se han premiado a sus alumnos más destacados y se ha puesto en valor el esfuerzo académico realizado.

Emotiva fue la última lección del director de la ABA, Juan Antonio Ballesta Miñarro, que reconoció la labor de formación que ejerce la Academia para los militares del Ejército del Aire y del Espacio. «Sargentos, podéis estar orgullosos y satisfechos. No ha sido fácil, pero todos juntos hemos cumplido el objetivo y la misión agenciada».

En su ultima lección, Miñarro recordó las amenazas provenientes del ciberespacio, que obliga a tener una fuerza espacial moderna y avanzada.

También resaltó que la formación no acaba aquí y esto solo es el principio porque cada sargento es fundamental para que el Ejército cumpla su misión.

Señaló el comportamiento intachable, la humildad y la pasión de la XXX Promoción a quienes alentó a ser protagonistas y responsables con las capacidades adquiridas. Además les invitó a ponerlas en marcha para lo que demanda la segunda mitad del siglo XXI.

Por último, agradeció a León su cariño, apuntó que lo lleva en el corazón y en la mente. «Bienvenidos a nuestro equipo. Bienvenidos al Ejército del Aire y el Espacio».

Tras ello, se procedió al intercambio de estandarte, pasando de las manos de Ballesta Miñarro a las de Ignacio de Donpablo Ferrándiz, que ocuparaá su peusto tras tres años en el cargo. Fundiéndose en un abrazo ambos dieron un giro a sus posiciones y ejecutaron un saludo militar.

En la tribuna de autoridades, el monarca ha estado acompañado por el jefe de Estado Mayor del Ejército del Aire, el general Javier Salto Martínez-Avial, el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco y la delegada del Gobierno, Virginia Barcones, entre otras autoridades.

Tras dos años de ausencia a causa de la pandemia, el jefe del Estado ha regresado al aeródromo leonés, un escenario que ya visitó en más de una decena de ocasiones durante su etapa como príncipe.

El año pasado, un brote de covid-19 con 30 positivos en la ABA obligó a suspender la entrega de Reales Despachos a dos días de su celebración, cuando la presencia del rey Felipe VI ya estaba prevista.

En 2020, la conocida como 'promoción de la pandemia' no tuvo ocasión de conocer al monarca, que envió un mensaje de felicitación reconociendo el «esfuerzo adicional» de estos alumnos.

El rey ha aludido ante los presentes a la ejemplaridad del Ejército del Aire y a su deseo permanente de servicio a una sociedad que sufre momentos de enorme dificultad.