Aterrizaje de un paracaidista. Sandra Santos

'Paracas' caídos del cielo

La Base Aérea de La Virgen del Camino acoge esta semana a 160 militares de siete países diferentes que trabajan en ejercicios conjuntos con paracaídas para infiltraciones de alta cota con necesidad de oxígeno por la altitud

RUBÉN FARIÑAS

La Virgen del Camino

Miércoles, 9 de mayo 2018, 13:19

Volar durante 40 kilómetros, habiendo despegado a una altura de 24.000 pies y lograr aterrizar en un punto concreto.

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Parece un imposible, pero no lo es para un grupo de brasileños, holandeses, italianos, franceses, portugueses o españoles que lo han logrado en la ... Base Aérea de La Virgen del Camino. A ellos se sumaron los americanos, que tuvieron que abandonar el territorio nacional por cuestiones técnicas.

Son los paracaidistas, especialistas y entrenados para realizar infiltraciones de alta cota e intervenir cuando sea necesario.

En el hangar tienen desplegado el equipamiento para los ejercicios con mochilas y paracaídas. A primera hora, el encargado de coordinar los medios aéreos y terrestres elabora un briefing donde organizan la jornada.

Durante esta semana, más de 160 militares trabajan para coordinarse en los saltos de paracaídas, en apertura manual en alta cota, para lo que es necesario el empleo de oxígeno.

El personal se ejercita con lanzamientos desde una altura de más de 10.000 pies, hasta los 28.000 que permite realizar infiltraciones de 40 o 50 kilómetros, si las condiciones del tiempo lo permiten.

El objetivo es intercambiar tácticas, técnicas y procedimientos en países del entorno y del ámbito OTAN. Antes de la misión, se les explica el ejercicio y se establece el 'modus operandi' para que en el aire no surja ningún problema.

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Las tripulaciones cuentan con un periodo de actividad y descanso y, dependiendo de las rotaciones y las posibilidades de los aviones, el teniente Gordon, oficial de enlace de medios aéreos, decide si las están listas o no.

Cada día se realizan dos saltos por aeronave, en este caso un C-130 Hércules T-10 del Ejército del Aire. También estuvo un T-10 americano y un T-21 español.

La Base Aérea de León se ha convertido en un referente para este tipo de ejercicios. Así lo explica el teniente coronel Pizarro, jefe de la unidad. «En Centroeuropa el espacio aéreo está muy restringido y lo bueno de León es que tiene poco tráfico aéreo y podemos subir hasta 28.000 pies sin restricciones del espacio aéreo».

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Galería. Un paracaidista italiano. Campillo

El ejercicio de hoy

Esta jornada tocaba el ejercicio Lone Paratrooper 2018, un ejercicio Halo/Haho internacional, que son aquellos de salto de paracaidistas en apertura manual en alta cota, que es necesario el empleo de oxígeno por la falta de oxígeno en esas altitudes.

Como si se tratara de pájaros, los militares, que caen desde más de 8 kilómetros y pueden alcanzar velocidades de 150 kilómetros por hora, son capaces de tomar tierra en el momento justo y en el lugar indicado.

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15 minutos tardan en salir desde Barrios de Luna y alcanzar La Virgen del Camino.

Guiados únicamente por sus brazos, su paracaídas y una mochila, son capaces de hacer lo imposible realidad, convertirse en héroes por un rato y cumplir con su misión por su país.

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