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Pájaros en el aire y protectores sobre la tierra. Con su destreza son capaces de mantener la seguridad y defender a civiles y compañeros de cualquier ataque.
El Mando Conjunto de Operaciones Especiales ha acudido a la Academia Básica del Aire, desde su Base de Retamanes, para poner en práctica un ejercicio Sofex.
Un T-21 y un HD-21 tomaron parte de la práctica oficial que cada año se realiza, a la espera de que en los próximos días llegaran un helicóptero de ataque -tigre- y uno de maniobras -cougar-.
Los ejércitos de mar, tierra y aire participan durante estos días en una cita cuya responsabilidad ha caído en la base leonesa para su ejecución y planteamiento.
«Hemos planteado un ejercicio táctico para que se puedan ver las capacidades de las fuerzas especiales de los tres ejércitos», afirmaba el jefe del grupo táctico de combate de las operaciones especiales con medios aéreos del Ejército del Aire.
Desde Zaragoza, también llegaba el A-400, que se mantuvo expuesto en la pista durante unas horas antes de iniciarse las pruebas.
El resto de días, como informaba el general Espresati, segundo jefe del mando aéreo de combate, se practicarán diversos escenarios, lo más parecido a la realidad, en una operación que puede darse en cualquier lugar y que ya se ha puesto en marcha en Afganistán o Irán.
El ejercicio, con participación de fuerzas reales, tuvo como protagonistas a dos pilotos derribados y aislados en territorio enemigo que debían ser rescatados.
Un T-21 acudía al rescate con el escuadrón de zapadores paracaidistas y la fuerza de la guerra naval especial de la Armada. En una primera pasada a 12.000 pies, los equipos de operaciones especiales saltaron para aterrizar a 200 metros y colocar un cordón de protección para protegerlos.
El último salto, en tándem, contaba con un informador que confirmó la identidad de los rescatados para aprobar la intervención y que un superpuma acudiera al lugar en estacionario, donde seis personas descenderían por una maroma para recoger al herido, subirlo al helicóptero y abandonar el lugar.
Fue entonces el momento de que dos vehículos blindados del Ejército de Tierra recogieran el cordón de seguridad y al resto de zapadores, y que el avión en altura despidiera a los medios en una pasada a baja altura.
Un total de 250 militares participan en este ejercicio que trata de desarrollar maniobras aplicables a situaciones reales para mantener la alerta ante una posible amenaza o necesidad de una intervención especial.
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José A. González y Álex Sánchez
Clara Alba y José A. González
Juan Cano, Sara I. Belled y Clara Privé
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