La formación militar que nace en León

Viajar hasta la Academia Básica del Aire y del Espacio es viajar a la historia. Un lugar desconocido para muchos leoneses y muy familiar para ex alumnos que fueron marcados por una formación militar dentro de sus puertas.

La ABA fue creada por Real Decreto el 3 de abril con la misión de formar a los alumnos en los principios constitucionales y en las características de las Fuerzas Armadas, así como capacitarlos profesionalmente para el cumplimiento de las diferentes misiones. Una formación que resalta «el honor, la disciplina, el espíritu de sacrificio o la lealtad» como algunos de los valores imprescindibles que transmiten a sus alumnos.

La formación militar y técnica para todos los suboficiales es «la principal misión» del centro, según explica el coronel Ignacio de DomPablo, «además de proporcionar la preparación y la capacitación necesaria para el desempeño profesional de los futuros suboficiales aviadores».

Desde el nacimiento de la Academia Básica del Aire se han graduado cerca de 6.000 sargentos, de los que más de un 10% han sido mujeres, en concreto en la última promoción egresada el porcentaje ha sido de un 14,38%. Una formación que desempeñan alumnos llegados de todos los puntos de España. Contando con un sistema de enseñanza «sólido» y de «mucha calidad» según remarca el coronel, pero sin dejar de ser «exigentes con los requisitos académicos».

La formación integral se desarrolla en valores ya que «son un aspecto absolutamente esencial» en la vida militar. «Los suboficiales constituyen la columna vertebral de nuestra Fuerza Aeroespacial y tecnológicamente muy avanzada», indica de DomPablo que define a los Suboficiales como «el eslabón que nos permite generar capacidad para cumplir nuestras misiones y sostenerlas en el tiempo».

Desde septiembre de 2011, los planes de estudio tienen una duración de tres cursos académicos. Durante este periplo se conjuga la formación militar general y la específica, con la formación técnica, dirigida a la obtención de un Título de Técnico Superior en Formación Profesional del Sistema Educativo General. La Academia Básica del Aire y del Espacio en León no ha dejado de incrementar el número de alumnos hasta conseguir cifras récord en el último año.

Actualmente son 772 los alumnos aspirantes a ingresar en la Escala de Suboficiales y al final de todo este periodo de formación. Los alumnos reciben su despacho de sargentos del Ejército del Aire y del Espacio y por lo tanto ingresan en la Escala de Suboficiales . «Se trata de un periodo de formación en el que también obtienen un título de Técnico superior de Formación profesional del sistema educativo general», remarca el coronel.

Son 1.500 alumnos los que forman parte de la formación de la Escala de Tropa en el curso académico 2023/2024. Un total que forma parte de los más de 2.500 alumnos, que se reparten entre una formación presencial o bien, en la modalidad de enseñanza a distancia. «En este curso son 900 los alumnos que cursan sus estudios diariamente de forma presencial en la ABA para poder desarrollar su formación», asegura el coronel destacando los «número récord» que han superado en formación este nuevo curso académico.

La Escala de Suboficiales del Ejército del Aire y del Espacio se estructura en seis especialidades fundamentales, los alumnos que hayan ingresado en las plazas sin exigencia nde Titulación Previa permanecen en la Academia durante los dos primeros años de su carrera mientras que en el tercer año, los que hayan elegido opciones que no se encuentran en la base, continúan sus especialidades en otras Escuelas situadas en lugares como la Base Aérea de Zaragoza, la Base Aérea de Cuatro Vientos y la Base Aérea de Matacán.

Los alumnos que hayan ingresado en las plazas que requieren una Titulación Previa, permanecen en la Academia Básica del Aire durante el primer cuatrimestre para, previo nombramiento como Sargentos Alumnos, continuar su formación el resto del año en la Academia o en otras Escuelas

Un lugar que se convierte en hogar para los alumnos y que cuenta con 990 plazas de alojamientos, unas como camaretas y otras como naves compartidas. Repartidas en cinco bloques de edificios con un total de 21 naves diferentes y priorizadas por cursos, la Academia Básica del Aire y del Espacio posee 950 plazas de comedor y 21 camas en su enfermería.

Los alumnos de primer curso llegan a la ABA para comenzar su formación militar y comenzar un cambio en su rutina que los transformará para siempre. Un día a día que comienza desde primera hora de la mañana, antes de que salga el sol. «Mi día a día en la Academia empieza a las 6:30 de la mañana», explica Natalia Sánchez.

La joven comenzó su formación militar este curso. Procedente de Salamanca y con apenas 19 años confiesa haber conseguido «su sueño» porque «mi ilusión era pertenecer a la escala de suboficiales del Ejército del Aire y del Espacio». Aunque remarca el haber tenido «mucha intriga» e «incertidumbre» al no saber qué podía encontrarse y cómo sería su nueva vida dentro de la formación militar.

El horario lectivo abarca de las 7:30 a las 15:00 horas, en él se incluyen asignaturas militares y también actividades de deporte. «Tras la formación nos suelen dar paseo por las tardes», indica la alumna del centro que confiesa «aprovechar la tarde para realizar los trabajos de clase». Una rutina que termina con un apagón de luces en el que «a las 22:30 horas nos dan silencio».

Un curso con rutinas muy marcadas y la importancia de una instrucción dirigida. Eduardo Núñez, uno de los alumnos de tercer curso se encuentra en la etapa final de su formación dentro de la ABA. Procedente de Madrid, el joven de 26 años explica la división de asignaturas y los exámenes para superarlas. «Tenemos pruebas trimestrales», asegura Núñez que lo asemeja con «la formación de una escuela»

La Academia cuenta con una plantilla de aproximadamente 500 profesionales, de los cuales alrededor de 160 son profesores. Durante todos los cursos, las asignaturas prácticas ayudan a los alumnos a conectar la parte más educativa con la parte más profesional.

Los alumnos de tercero desarrollan prácticas en las que ya utilizan conocimientos impartidos en los cursos previos para acercarlos a sus futuras funciones profesionales. Núñez participa en un taller en el que «desarrollamos un sistema eléctrico de corriente continua a corriente alterna», asegura mientras destaca la importancia de saber ensamblar y desensamblar el cableado para conocer los componentes de entrada y salida de la alimentación.

Un proceso con el que «aprenden un poco del sistema eléctrico para poder solventar luego en un futuro en nuestras unidades, cualquier tipo de situación que se nos proponga».

Pero los alumnos de primero, también toman relación directa con prácticas desempeñadas hacia su futuro profesional. Sánchez cuenta con una asignatura en la que «conectamos el avión a toma tierra para, de esta manera, conseguir darle corriente al avión y actuar desde la cabina de los pilotos», explica la alumna.

Un día a día para el que muchos llegan con incertidumbre e intriga ante un futuro desconocido para ellos, en los que su vida cambia para siempre. Los alumnos se van haciendo a la idea de que el futuro se acerca y resaltan los valores que les hace llevar dos vidas dentro de la academia.

Su vida militar y civil se separa drásticamente ya que para ellos «la disciplina» es «la esencia de las Fuerzas Armadas» y por lo tanto lleva una estructura jerárquica y unas reglas estrictas que «debemos seguir».

Palabras como «el honor» y el «compromiso» son algunas de las características que estos alumnos destacan en su formación. «El compañerismo y el espíritu de grupos sobre todo. Yo creo que es una característica muy importante ejército ya que tenemos que trabajar todos juntos de esa manera», asegura Sánchez.

A los futuros suboficiales se les imbuye una potente educación en valores a fin de conseguir un liderazgo basado en el prestigio, adquirido con el ejemplo y la excelencia que les otorga la formación continua y la decisión para resolver problemas.

Reglas y valores que los alumnos tienen claras en su formación. Cualidades que consideran «necesarias» para ser un buen militar y con las que «consiguen la capacidad de adaptación a cualquier circunstancia o situación que se nos proponga».

El centenario Aeródromo Militar de León lleva más de 70 años formando a suboficiales aviadores habiendo graduado a más de 23,500 Sargentos. Un espacio desconocido para muchos leoneses que no entienden el mundo que se esconde tras las puertas de la Academia Básica del Aire y del Espacio.

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