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Ya son dos años en los que Carmen, una madre de dos niños de Carbajal de la Legua, vive esta situación. Cuando llega el momento de ir al colegio, a pesar de estudiar en el mismo, su hijo mayo va al CRA y el pequeño ... a las escuelas viejas. Una situación que se mantiene desde hace dos años cuando «de forma provisional» subieron a los alumnos de primero y segundo de primaria al otro centro.
Lo hicieron, según explica a leonoticias una de las afectadas «debido a que las obras de ampliación del cole no se habían acabado a tiempo». En un principio, esta situación se mantendría sólo hasta las navidades, pero lamentan que «de esto han pasado dos cursos enteros, ya que estamos apunto de que le den las vacaciones a los niños». Una situación que califican como «la historia interminable» y que parecía que se solucionaría «en el primer trimestre de este curso 22/23, ya que la obra avanzaba hasta que en diciembre la empresa que tenía la concesión, dio quiebra y todo se paró».
Las obras que parecían no acabar nunca se han convertido en un espacio en el que nadie trabaja. Se trabaja ahora en la redacción del nuevo proyecto, un caso similar al del Conservatorio de León capital y que también depende de la Junta de Castilla y León, de momento la fecha límite es el 28 de julio de 2023. Por lo que, por muy rápidos que vayan los plazos, en el inicio del próximo curso la situación será la misma.
Esta madre, de dos niños de 8 y 10 años de edad, se siente afectada con una situación «engorrosa» que no parece que se vaya a solucionar en un corte periodo. Durante dos años ha tenido «a mi hijo pequeño en las escuelas viejas y al mayor en el cole de abajo. Mismo colegio, mismo pueblo y separados físicamente en dos centros diferentes». Se ríe al recordar que todo fue «de forma provisional» y lamenta que la situación no es sólo la separación física de uno y otro, sino las diferencias en los servicios.
«Evidentemente las instalaciones de uno y de otro no son iguales, por ejemplo en las escuelas viejas no tienen gimnasio y los días que llueve deben quedarse en un aula convencional. De forma habitual hacen Educación Física en unas pistas de fútbol sala anexas al cole», explica una de las madres afectadas por esta situación. Por su parte, en el colegio de abajo si hay un gimnasio al lado del cole, pero «los niños de arriba tienen que atravesar la carretera principal y caminar diez minutos para poder bajar a este».
Además de todo esto, en el centro se han realizado las obras, el poco avance que hay, a la vez que las clases por lo que algunas aulas que compartían pasillo con lo que serían las nuevas instalaciones han tenido que soportar los ruidos de las mimas. «Y todo ello, para que estemos casi en el punto de partida, a estas alturas del curso», lamenta una de las afectadas.
Carmen se siente más impotente aún al recibir hace unos días una comunicación de la dirección del centro en la que se les dice que «mi hijo (el mayor) y sus compañeros tendrán que subir a las escuelas viejas el próximo curso, hasta que las obras se finalicen». Una situación que resulta increíble y es que «ahora me bajan al cole al pequeño, que lleva dos años allí y me suben al mayor».
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