La vida de 'Presen' Alonso

La vida de Presen esconde momentos vitales que han marcado a todo su entorno y se han extendido más allá de lo imaginable. Cuando todos pensaban que algo era imposible ella siempre supo encontrar la fórmula para convertirlo en realidad. Así son las cosas.

Quizá todo provenga de un carácter laborioso, único. El mismo carácter que la llevó a sacar adelante a sus hermanos en momentos de suma dificultad y en plena juventud, el mismo carácter que la hizo mantener siempre unida una familia tan especial, la misma voluntad que le ha permitido mantener firme sus sueños hasta el final.

Puede que tanto ejemplaridad se haya cimentado en esas convicciones propias extraordinariamente firmes pero también en el acierto de contar como compañero de viaje a un tipo formidable, Lan Guerrero.

De la mano convirtieron sueños en realidad y de la mano lograron que una de sus pasiones, el fútbol, se convirtiera en un argumento vital que alcanzó a todo su entorno.

Ella, imbatible, fue pionera en el fútbol femenino porque entendía hace más de tres décadas como hoy que no debía existir diferencia alguna entre sexos. En esa batalla, en la que se involucró de lleno, entrenó con sus equipos donde nadie más lo haría, se fue a jugar desde León a Asturias ante la ausencia de rivales en la Comunidad y desplegó una actividad tan vital y pionera que convirtió a sus chicas en el ejemplo de toda una generación.

Ahora tanto esfuerzo y empeño, tantas ganas de abarcar lo que parecía inabarcable, ha llevado al Ayuntamiento de San Andrés del Rabanedo a aprobar por unanimidad una moción para el cambio de nombre de los campos de La Barrera por 'Presen Alonso'.

Un gesto de justicia y memoria, en primer término, pero en esencia un gesto de ejemplar reconocimiento. Porque eso ha sido Presen, un ejemplo.

Lo saben bien sus padres, Tiburcio y Rafaela, sus hermanos, Tiburcio, Severino y Lucía, y sus hijos y sus parejas, Rafael y Salomé, Adrián y Celia. Presen es la abuela perfecta de Daniel (Sandra), Jalil, Carlota, Adriana y Guillermo y la bisabuela ideal de Daniela y Mario.

Adorable, cierto, e inolvidable, también, para todos ellos y desde luego para las no pocas generaciones a las que enseñó algo que en su momento parecía imposible de entender: ser mujer no resta derechos, todo lo contrario. Y el fútbol es todo un ejemplo.