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Un paseo por las calles de San Andrés del Rabanedo este miércoles no invita a pensar que estemos caminando por un municipio cuyo perímetro está confinado y donde sus vecinos amanecían con su movilidad limitada.
Normalidad y resignación entre los 31.000 habitantes del tercer ... ayuntamiento de la provincia ante un 'encierro' del municipio que ven «necesario» ante la propagación del virus.
La alcaldesa Camino Cabañas asumía la orden de la Consejería de Sanidad y consideraba «inevitable» que las medidas sanitarias adoptadas para León capital se tomaran también en su municipio. «Es lo más lógico y adecuado porque, no nos podemos engañar, los datos eran altos. Si no hubiéramos tomado las medidas ahora, la semana que viene hablaríamos de la necesidad de hacerlo».
Los accesos restringidos al municipio ya cuentan con el control de tres patrullas de la Policía Nacional, mientras que la atención ciudadana en colegios, establecimientos públicos y la hostelería corre a cargo de cuatro vehículos de la Local. Hasta el momento no se ha registrado ningún incidente y es que, afirma la regidora trepalense, «la gente en San Andrés, a pesar de los datos, ha sido muy prudente y ha hecho caso de lo que se debía hacer».
Las calles de Trobajo del Camino, zona básica de salud donde la incidencia de la covid-19 es más alta, vivían un ajetreo normal para un día de entresemana, aunque dentro de los negocios sí se notaba la nueva medida de restricción de la movilidad.
Natalia, peluquera de la localidad, temía que pudiera perder clientela entre la gente del pueblo y ya lo había hecho con la vecina Virgen del Camino. «Dos chicas que iban a venir de La Virgen tuvieron que anular la cita esta mañana porque no pueden venir a Trobajo».
También Silvia, tras el mostrador de su panadería, veía menos gente pararse a tomar el café y lamentaba haber dado «un paso hacia atrás por la irresponsabilidad de algunos».
Las opiniones eran diferentes ante estas nuevas medidas para San Andrés. Había quien las veía bien y otros mostraban su enfado ante el segundo confinamiento que sufre el municipio. «Yo lo veo bien, la gente tiene que hacer caso y nos lo tenemos que tomar en serio porque es un problema muy grave».«Hay que reinventarse y pelear para salir de esta situación», comentaban las más optimistas.
Sin embargo, no todos querían asumir una situación de la que culpaban a la clase política. «¿Por qué tuvieron tanta prisa en mandar a trabajar y abrir negocios y ahora se lamentan? Lo que menos les importa es que mueran uno, dos o diez». E iban a más en su protesta, pidiendo más medidas restrictivas ante la expansión de los contagios. «Que cierren España entera, entera. Y no con el mismo trato con pueblos, los barullos están por el centro, no por aquí por los pueblos».
Los 31.000 habitantes de San Andrés han asumido esta nueva situación, derivada en parte con su cercanía con León, y ven inevitable que ante el confinamiento de la capital ellos hayan tenido que limitar su movilidad y remar en la misma dirección hacia el segundo combate contra la covid-19.
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