Drones aéreos y terrestres: ¡Peligro, incendio en el laboratorio!

La incidencia está servida y toca actuar. Sin embargo, en esta ocasión, el operativo no estará compuesto por humanos, sino por drones.

Se trata de un incendio declarado en un entorno con posibles víctimas y potencial riesgo biológico.

Rápidamente, un vehículo no tripulado aéreo hace una primera aproximación a la zona para localizar la cabeza del incendio, comprobando que una casa peligra. Lo hace emitiendo imágenes en tiempo real con capacidad visual y térmica.

Para cerciorarse de la posible presencia de personas tendrá que actuar un dron terrestre con sensor de escáner láser que se adentra en el incendio.

La actuación permite detectar una situación de riesgo que hace desaconsejable la entrada de humanos, por lo que un dron cuadrúpedo de alta movilidad proporciona la imagen, tanto diurna, como nocturna, como en térmica y encuentra un objeto de potencial riesgo radiológico.

Se suma al incidente otro aparato terrestre, con sensibilización radiolíogica, que dispone de brazo articulado para manipular objetos y encapsularlos, garantizando un posterior acceso seguro para el equipo humano.

Por último, un dron de pequeñas dimensiones acude al interior de una vivienda que se sospecha pueda ser un laboratorio, por lo que va conectado a un sensor químico específico.

El uso combinado de drones aéreos y terrestres ha permitido garantizar la seguridad del personal y salvar vidas de aquellos que pudieran estar en peligro.

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