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Recordando a las víctimas y sus familiares, agradeciendo el esfuerzo de sus compañeros, también a la oposición, y a los trabajadores y ciudadanos del municipio por su labor durante los meses más duros de la pandemia, donde los servicios sociales, el apoyo al empleo y ... la cultura han sido pilares fundamentales.
La alcaldesa de San Andrés del Rabanedo ha regresado a la actividad tras su periodo de baja y lo ha hecho con ganas de trabajar.
Camino Cabañas ha vuelto al salón de plenos apostando por dar luz verde a los presupuestos en la primera quincena del mes de julio como su primer objetivo.
La nueva normalidad ha llenado de «optimismo» a la regidora, quien se plantea como «reto más importante» sacar adelante unas cuentas que serán «las más importantes de la legislatura» ya que se vuelve a la inversión y se destinan 300.000 euros para paliar las consecuencias de esta crisis.
El Ayuntamiento de San Andrés del Rabanedo afirma haber generado el ahorro suficiente como para afrontar su deuda.
El pasado año, Hacienda destinó 2,48 millones de euros a su amortización y ha logrado flexibilizar y ampliar a diez años el pago, en un proceso que se iniciará en 2022, con un pago racionado que dará más estabilidad.
Esa cuantía contra la covid-19 tratará de rescatar a los ciudadanos que peor lo están pasando y por ello espera contar con el apoyo de la oposición. «No podemos pedir medidas sociales e inversión si no aprobamos unos presupuestos que han sido consensuados», apunta Cabañas, que afirma que «el mejor balance del año de gestión es resumirlo con la aprobación del presupuesto».
La cuenta municipal ascenderá hasta los 21,5 millones de euros, con un millón doscientos mil euros destinados a inversión. Aquí se incluye un Plan de Asfaltado de 400.000 euros, la adquisición de contenedores o la remodelación de parques y jardines. En definitiva, un «lavado de cara» que permita poner en la calle lo que los ciudadanos reclaman.
Todo ello en un Ayuntamiento de San Andrés que sigue «en economía de guerra» y sin querer «tirar la casa por la ventana» para que «la hipoteca» de la deuda que tiene el municipio no sea una losa demasiado pesada para su progreso.
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