La acusada por el crimen en la 'fiesta blanca' de Cembranos culpa ahora al otro detenido

Personados el lugar los sanitarios se encontraron, sin embargo, una situación muy lejos de lo habitual. La mujer -de 21 años- no ofrecía síntomas vitales, no había posibilidad real de reanimación, y el entorno dejaba ver un comportamiento violento previo (algunos elementos descolocados en la vivienda, la evidencia de que la mujer había tenido la boca taponada con esparadramo) y signos de golpes y de un posible estrangulamiento en la fallecida.

La intervención posterior de la Guardia Civil terminó con dos detenidos, un hombre de 55 años y una mujer de apenas 20 a la que los agentes localizaron en el interior de un armario en la propia vivienda.

Todo, según las evidencias, apuntaba a una 'fiesta blanca' de tres personas, el detenido y dos prostitutas, una fallecida y la también detenida quien en la testifical inicial se declaró autora de los hechos.

Ahora la también prostituta de 21 años, y tras varias negativas a prestar declaración, ha decidido modificar su testimonio inicial implicando de forma directa al único varón del caso.

En esa línea ha advertido que actuó en su declaración movida por el temor a las amenazas proferidas por el detenido, quien le indicó que lo pagaría caro si ella no se «comía el marrón», en palabras textuales durante su declaración desde la prisión de Villahierro.

El caso aún tiene amplias lagunas que tendrán que irse rellando durante la instrucción realizada por el número 2 de la capital y que podría finalmente recalar en el 4 si se entendiera que el mismo se sustenta en un caso de violencia de género, algo que por el momento no parece concretarse.

Hasta la fecha sí se ha concretado que fue la fallecida, prostituta paraguaya sin papeles, quien animó a la detenida a acudir al chalet del también detenido, de 55 años.

Era una 'fiesta blanca', con sexo y caína, que en algún momento «se les fue de las manos» según la propia investigación. Queda por averiguar qué ocurrió para que la fallecida de 20 años terminara en el garaje de la vivienda con un esparadrapo en la boca y síntomas de asfixia.

Inicialmente el detenido pidió auxilio porque la mujer había dejado de respirar pero a su llegada todo evidenciaba una situación mucho más comprometida. Incluso la hoy detenida y compañera de la fallecida estuvo durante casi dos horas escondida en un armario de la vivienda hasta que fue localizada por los agentes.

Ahora la instrucción prosigue a la espera de determinar quién provocó la muerte de la mujer y la responsabilidad que se derive para el otro detenido.