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La final más politizada de Eurovisión, con grandes abucheos a Israel, fue de Nemo, el representante de Suiza que con su historia de superación llevó a su país a alzarse con el micrófono de cristal 36 años después de su último triunfo. Una edición, la ... 68 del festival, en la que las miradas estaban puestas, sobre todo, en lo que ocurriera con Israel tras pasar a la final gracias al apoyo del público. Una gala final en la que 'Zorra' tan solo se pudo llevar el clamor del público en directo, y ya está. Su mensaje no caló en Europa y con su puesto 22 vuelve a llevar a España a las peores posiciones del concurso, empeorando el resultado del pasado año, cuando Blanca Paloma quedó en el número 17. Un grito contra el machismo el de Nebulossa que ya asumía la delegación española que no tendría gran éxito a pesar de los cánticos escuchados en el Malmö Arena mientras el grupo español realizaba su puesta en escena.
Pero su éxito fue momentáneo. Más allá del «soy más zorra todavía» coreado por un público entregado, España, que actuaba en la misma posición que Abba cuando se alzó con la victoria en 1974, vuelve a casa con tan solo 30 puntos. La realidad es la que es y España vuelve a caer a aquellos malos puestos que tan solo consiguió remontar Chanel hace ahora dos años. Aunque no es el peor resultado que se recuerda de una candidatura española. En cinco ocasiones España quedó en el último puesto. Los puntos conseguidos solo valieron a Nebulossa para quedar en el mismo puesto que Barey, en 2016, y Miki Núñez, en 2019. San Marino, desclasificado en la segunda semifinal con el grupo español Megara, fue quien otorgó la máxima puntuación a España. Seis puntos que se unieron al que regaló Suiza, los siete de Italia y otro de Finlandia.
Y es que desde que comenzó la votación Nebulossa tenía claro cual era su destino en la clasificación. Al igual que el joven suizo de tan solo 25 años sabía que la noche era suya. 'The code', que habla del camino que el artista realizó al darse cuenta que es una persona no binaria, lideró durante la mayor parte del tiempo la tabla de clasificación tanto del jurado como del televoto. 591 puntos que bien le valiaron a Suiza para alzarse con la victoria y sumar para su país su tercer trofeo en esta competición. Pero aunque Nemo, que de los nervios rompió el trofeo durante la celebración, estaba entre las favoritas de los eurofans, lo cierto es que Croacia era quien más posibilidades tenía para ganar la 68 edición del festival con Baby Lasagna. Finalmente quedó en segunda posición con 547 puntos gracias al voto del público.
🇪🇸 “A la que ya no le va mal (zorra, zorra, zorra)
— RTVE (@rtve) May 11, 2024
A la que todo le da igual”
Nebulossa (@Nebulossa_of), ERES UNA AUTÉNTICA ZORRA DE POSTAL.#EurovisiónRTVE #Eurovision2024pic.twitter.com/aUch21w6QX
Una noche en la que el mensaje por la libertad y la paz llevó a Ucrania a conseguir un tercer puesto en una gala llena de puestas en escenas eurovisivas y grandes espectáculos, como el que dio el representante de Finlandia Windows95man por el escenario trasero al aire. Aunque la sorpresa llegó cuando Israel consiguió 326 puntos por parte del público -12 puntos por parte de España- y llegó a estar por un momento como ganadora del Eurovisión más politizado que se recuerda precisamente por la participación del país hebreo. Hasta en dos ocasiones tuvo que cambiar la delegación israelí la letra por sus claros mensajes políticos relacionados con los ataques de Hamás y la guerra en Gaza. Una candidatura que parecía contar con el rechazo del público tras las numerosas peticiones a la UER de vetar al país en Eurovisipn pero que ha acabado en quinta posición gracias, sobre todo, al voto popular. Y es que el jurado aisló la propuesta israelí frente a la de Suiza.
Pero aunque la música finalmente se abrió paso, los abucheos se unieron al coro de Eden Golan a pesar de los intentos de la organización de camuflarlos. Unos pitidos que no solo llegaron durante la actuación del país hebreo sino también cuando el responsable de la UER tomó la palabra para dar inicio al momento de la votación.
Toda una edición que si bien su lema es «unidos por la música» podría considerarse y ser recordada como la de la desunión entre las delegaciones participantes. Tal que, aunque con versiones diferentes entre organización y país afectado, la Unión Europea de Radiodifusión (UER) acordó, en una decisión inédita, desclasificar a Países Bajos tan solo unas horas antes de la celebración de la gran final. Un certamen que por un momento vio peligrar también la actuación de Irlanda, una de las favoritas de la noche con su apuesta satánica pero que finalmente 278 votos, quedando en sexta posición
Pero en la noche de este sábado en la que Reino Unido se llevó cero puntos -quedó en el número 18- Abba volvió al festival de Eurovisión. Parece traído a propósito. Y es que cuando el grupo sueco consiguió su victoria hace ahora 50 años, Reino Unido, país anfitrión de esa edición, no otorgó ningún punto a Suecia. Sea como fuere, el momento más especial de la noche llegó con el homenaje a ABBA por el 50 aniversario de su victoria en Eurovisión. Tras aparecer en pantalla a través de sus Abbatars, las suecas Charlotte Perrelli (vencedora en 1999), Carola (triunfadora en 199), y la austriaca Conchita Wurst (la icónica ganadora de 2014) entonaron lo que es ya un himno. 'Waterloo' volvió a sonar en Eurovisión tras las actuaciones de todos los participantes. Aunque no por ello menos especiales. La gala la abrieron los anfitriones, los gemelos Marcus y Martinus y su pegadizo tema 'Unforgettable' que hicieron del Malmö Arena una pista de baile y una demostración de lo que Suecia es capaz de producir a nivel espectáculo.
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Fernando Morales
Los mensajes en torno al amor, la salud mental, la libertad y la paz en el mundo no dejaron de sonar gracias a las propuestas de Ucrania, Alemania, Irlanda o Italia, otra de las grandes actuaciones aclamadas. Pasando, no obstante, por todo un abanico de propuestas no solo en inglés, francés o alemán sino también por primera vez en armenio. Ladaniva llevó hasta Suecia el folclore caucásico con el sonido balcánico para intentar hacerse con un micrófono de cristal por el que tendrá que luchar de nuevo el próximo año. Al igual que Noruega, el país que más veces ha quedado en la última posición y que tras la de esta noche ya suma 12 ediciones como el perdedor de un festival que viaja el próximo año hasta Suiza.
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