Susana Díaz: «Estaré donde me pongan mis compañeros, en la cabeza o en la cola»

Aunque fue su secretario de Organización quien el lunes tuvo que expresar la postura del PSOE andaluz ante el reto lanzado por Sánchez para convocar primarias y un congreso exprés justo antes de que termine el plazo para formar gobierno y eludir unas terceras elecciones, la presidenta andaluza ha repetido hoy que lo primero es España y luego las cuestiones orgánicas, subrayando que los ciudadanos no entenderían y nos mirarían perplejos con un congreso convocado deprisa y corriendo.

En este sentido, consideran que la maniobra del secretario general es una distracción, por lo que ha dicho no querer valorarla porque yo quiero a este partido. Más rotunda ha sido a la pregunta de sí Sánchez debe dimitir si no logra sacar adelante su propuesta en el comité federal del sábado, dejando claro que es una mujer de aparato. Esté donde esté, yo aceptaré lo que digan los órganos del partido, y cada uno sabrá lo que hace, ha dicho. Eso sí, le ha lanzado una dura pulla a su todavía secretario general. La mayor obligación de quienes están al frente es mantener al partido unido, cohesionado, no provocar dilemas falsos que tienden a enfrentar.

Así, ha dicho echar en falta por ejemplo que nadie de la dirección federal saliera este lunes en defensa de los gobiernos autonómicos de Castilla-La Mancha y Extremadura ante el intento de Podemos de desestabilizar, chantajear y utilizar a los ciudadanos de esas autonomías como rehenes para presionar al PSOE. Frente a esta postura, ella ha insistido en que esté en la posición en que esté, en la cabeza o en la cola, siempre buscará un partido unido, cohesionado y que gane elecciones.

En este punto, Díaz ha incidido en su análisis de que la cuestión de fondo es por qué el PSOE está en la situación actual, concatenando derrotas electorales y con el PP y Podemos comiéndoles el terreno. La situación es mala y difícil porque todas las alternativas son malas, ha dicho sobre las opciones del partido de cara a la formación de gobierno, pero alguna responsabilidad debe tener la dirección en ese escenario.

Ha sido entonces cuando más dura se ha mostrado la dirigente andaluza. La solución no es acusar compañeros de ser subalternos del PP, ha criticado, nadie lo es, y menos el PSOE andaluz. Ahí Díaz ha aprovechado para recordar una vez más que ella sí ha ganado a los populares en su comunidad, que se ha enfrentado a los recortes impuestos por el Gobierno central e incluso ha tenido que afrontar que lo que consideran una policía política les acusase de montar el entramado fraudulento de los cursos de formación. En Andalucía el PP es subalterno del PSOE, y deberíamos plantearnos por qué es así.