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María Eugenia Alonso
Martes, 10 de mayo 2016, 14:02
De atacar sin piedad a Izquierda Unida a aliarse con la formación liderada por Alberto Garzón. El discurso de Pablo Iglesias ha dado un giro radical en los últimos meses para pasar de competir con el de Málaga a luchar juntos para captar el voto ... de izquierdas. Pero antes del acuerdo, el abrazo y las cervezas estuvieron los reproches y las acusaciones.
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Las hemerotecas están ahí y guardan duras declaraciones en las que el líder de Podemos rechazaba recurrentemente una coalición con su "izquierdista tristón". Fue durante una entrevista en el diario 'Público' el pasado junio, donde el de Podemos afirmó que con una "coalición de partidos de izquierdas (...) no se gana" unas elecciones. El politólogo continuó con otra ristra de ataques como "sois unos cenizos" o asegurando que veía en cada uno de los militantes del partido de Garzón "el típico izquierdista tristón, aburrido, amargado... La lucidez del pesimismo". También aprovechó la entrevista para advertir duramente al líder de IU: "Deja de estar tan preocupado con las cosas que nosotros hacemos y con lo que proponemos. Cuécete en tu salsa llena de estrellas rojas, pero no te acerques, porque sois vosotros los responsables de que en este país no cambie nada".
En julio, Iglesias fue también muy contundente en su rechazo a Izquierda Unida. Durante su programa en HispanTV, el secretario general de la formación morada aseguraba que el partido de Garzón no podía "cambiar políticamente el país" ni "funcionar electoralmente". "Si es que nosotros venimos diciendo desde el principio que eso no puede cambiar políticamente el país, porque no suman, porque la izquierda de toda la vida tiene menos votos que podemos sólos", dijo en Fort Apache.
Ese mismo mes el politólogo aseguraba que no tenía "la obligación moral de salvar a la izquierda". Durante un mitin celebrado en Madrid, Iglesias llegó a calificar a sus ahora socios como "el pitufo gruñón". "No voy a ceder a ningún chantaje. Va a ser la gente la que nos lleve a ganar las elecciones. Las puertas siguen abiertas para todos. Para la gente sí, para los partidos no", añadió el madrileño.
Días después, el líder de Podemos rebajaba el tono en otra entrevista en televisión y argumentaba que el 'pitufo gruñón' es un "simpático" personaje de dibujos animados. Fue ahí donde también recalcó que Podemos e Izquierda Unida no coincidían en su estrategia ni en sus objetivos ni en su línea de comunicación. Insistió en tender la mano a Alberto Garzón y a otros miembros del partido pero recalcando que "la mochila de piedras la tienen que dejar en la puerta".
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