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colpisa / EFE
Sábado, 9 de abril 2016, 12:45
Esperanza Aguirre no se calla, tal y como reza el titulo de su nuevo libro. En un capítulo de 'Yo no me callo' (Espasa) titulado 'El agotamiento del modelo de 1990', la portavoz del PP en el Ayuntamiento de Madrid desmenuza las razones por las ... que su partido esta siendo abandonado por los votantes.
"Creo que quienes desde el PP hablan de 'nuevos PP' o de 'viajes al centro', en realidad lo único que están haciendo es aceptar pasiva e ingenuamente que el centro se ha corrido hacia la izquierda colectivista delante de sus propias narices". A renglón seguido considera que estos populares "al mismo tiempo, declaran, por la vía de los hechos, que no están dispuestos a hacer nada por evitarlo, sino, más bien, que están dispuestos a sacar todo el provecho que puedan de la nueva situación".
Frente a este modo de actuar, Aguirre defiende la "urgencia", no de renovar las ideas del PP, sino de aprender de sus "errores y omisiones" para reafirmarse "en aquello que siempre ha dado buenos resultados: más libertad individual, más España, menos burocracia y menos impuestos".
La dirigente popular tilda de "fundamental el andamiaje ideológico" de los partidos frente a los políticos que vienen a decir que "da lo mismo lo que un partido piense o defienda porque lo más importante es cómo salen en los medios de comunicación". Y es que, en su opinión, en esa "despreocupación por los contenidos han caído muchos partidos en los últimos tiempos" acompañados por el "fenómeno de los disfraces" queriendo "aparecer como lo que no son". "Esos intentos de disimular su esencia y disfrazarse de otra cosa han recibido siempre su castigo electoral", ha apostillado.
En este punto, se refiere a un discurso ideológico lanzado por el presidente del Gobierno y del PP, Mariano Rajoy, en Elche la primavera de 2008. "Definió al PP como 'un partido popular, moderado, abierto e integrador y no un partido de doctrinarios'", relata para añadir que "esta definición no explica gran cosa".
No obstante, cita otra frase de Rajoy: "'Si alguien se quiere ir al partido liberal o al partido conservador, que se vaya'", para añadir que esa "invitación u orden" no fue seguida por nadie, lo que le lleva a preguntarse qué es el PP si no es liberal ni conservador. "Esta pregunta, para mí, está abierta desde entonces", señala y apunta que como "la respuesta no está clara, esa indefinición es otra de las causas del abandono de los votantes".
"Aquellas palabras de Rajoy fueron para mí como si alguien me quitara el suelo de debajo de los pies", asegura Aguirre, quien relata que a partir del Congreso de Sevilla de 1990, con la llegada de José María Aznar a la Presidencia del PP y el impulso de FAES, "se articularon programas alrededor de dos ejes ideológicos: la libertad y la idea de España como Nación de Ciudadanos libres e iguales".
Sin renovar programas, dirigentes ni discurso
Sostiene que otra de las causas de su pérdida de votantes es "la falta de renovación de ideas y estructuras internas". "Esa falta de renovación ideológica es, en mi opinión, una de las causas más determinantes del abandono de los jóvenes, que es una realidad indiscutible", ha sostenido. "Ni en programas, ni en dirigentes, ni en imagen, ni en discurso se ha renovado el PP.
A su juicio, la causa es que "un Gobierno, aun en las peores circunstancias, tiene que ejercer el liderazgo político e ideológico, tiene que generar, no sólo confianza y certidumbre, sino, sobre todo, respeto e ilusión", y ahora en el PP hay "incapacidad de generar ilusión a los españoles", lo que lleva al PP a recurrir al "recurso al miedo". En este punto, hace "autocrítica" y asume que en la campaña de las elecciones del año pasado en las que se enfrentó a Manuela Carmena ella misma cayó "en la tentación de recurrir al miedo a Podemos" frente a la exposición de sus ideas.
En este punto, señala que "el síntoma más evidente de esa decadencia política e ideológica es el intentar constantemente adelantar a la izquierda por la izquierda, el miedo a los titulares de prensa, el miedo a ser 'de derechas', el miedo al discurso enérgico". En definitiva, "ese centrismo acomplejado que intenta competir con los populistas en populismo". "Un centrismo que equivale, en el toreo, al diestro que, en lugar de plantarse en los medios y mandar con la muleta, se pasa la faena correteando alrededor del toro", expone.
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