Sánchez presiona a Podemos para poner en marcha el cambio «la próxima semana»

El candidato socialista a la investidura se ha empleado a fondo para cambiar la postura negativa de Podemos, y ha intentado involucrar al partido de Iglesias en el proyecto del cambio. De no hacerlo, ha advertido, Rajoy seguirá gobernando en funciones hasta unas nuevas elecciones que puede volver a ganar el PP. Si se implica, habrá "un gobierno reformista y de progreso" presidido por él.

Sánchez ha subrayado que en las elecciones del 20 de diciembre 18 millones de personas votaron "por la no continuidad" del Gobierno del PP. Si existe esa mayoría, ha preguntado, "¿por qué no lo hacemos?". A partir de ahí ha comenzado una operación de acoso y presión a Podemos para que se sume de alguna manera, con el voto a favor de su investidura o con la abstención, a la operación de relevo de Rajoy.

El líder del PSOE ha dedicado una buena parte de su discurso de 42 páginas a defender la necesidad del cambio de un Gobierno que transformó la mayoría absoluta en "absolutismo sin diálogo". No hacerlo, ha avisado con la mirada puesta de nuevo en el líder del partido morado, es "bloquear los acuerdos y significa quedarnos donde estamos".

Sánchez ha desgranado además una serie de medidas que pondrá en marcha el Gobierno que presida, en su mayoría incorporadas en el acuerdo de 200 puntos sucrito la semana pasada por el PSOE y Ciudadanos. Con una sonora excepción, la supresión de las diputaciones provinciales. El secretario general de los socialistas ni ha mencionado la eliminación de los entes provinciales, medida que motivó el airado rechazo del PP y una tímida revuelta en las propias filas socialistas.

El candidato tampoco ha hecho sangre con la corrupción y no ha citado ni uno solo de los casos que afectan al PP, a diferencia de lo que hizo durante el debate que mantuvo con Rajoy en campaña electoral. "Ha alcanzado un nivel insoportable, los escándalos se amontonan hasta convertirse en algo cotidiano", ha subrayado, pero no ha ido más allá en los reproches. Ha expuesto, eso sí, una serie de medidas para luchar contra la corrupción, entre ellas "rebajar la cuantía mínima que da lugar a penas de prisión en el delito de financiación ilegal de los partidos".

Otro de los grandes apartados ha sido la reforma constitucional. Sánchez, para diferenciarse de la postura de Iglesias y Podemos que pretenden "hacer una enmienda a la totalidad de la democracia del 78", agradeció a "quieres hicieron posible desde las calles de nuestros pueblos y ciudades, desde los centros de trabajo y las universidades, y también los hombres y mujeres que, desde esta Cámara y desde diferentes opciones ideológicas, trabajaron pensando en lo que les unía y aparcando lo que les separaba para consolidar la democracia española". El líder socialista ha anunciado que si gobierna creará en un mes una subcomisión para delimitar el alcance de la reforma de la Constitución, que, entre otras novedades, debe incluir, a su juicio, el desarrollo de la estructura federal del Estado.

Ha cerrado su intervención con la enésima petición de apoyo para "sacar a España del bloqueo" en que se encuentra, poner "en marcha el cambio" y arrancar "a la velocidad que conjuntamente decidamos". Decir sí, ha dicho, es decir sí al cambio; decir no, ha remachado, es decir sí a la continuidad de Rajoy.