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a. cubillas
Viernes, 21 de abril 2017, 00:08
La Plaza del Grano ha vuelto a ser el escenario de una nueva protesta a favor de su salvación y preservación en un acto alentado por las palabras del escritor José María Merino que, a la distancia, ha reclamado un cuidado especial para un ... entorno que pertenece a la memoria popular y forma parte de la personalidad leonesa.
Leoneses, como el regalo de un pasado varios siglos antiguo, conservemos el solado de la Plaza del Grano, tan fuera de lo común que es ya un peculiar patrimonio etnográfico europeo. Claro que requiere un cuidado especial, también el estadio de futbol, y no por ello dejamos de regar su césped. Esta plaza pertenece a la memoria popular y entrañable de nuestra personalidad ciudadana. No destruyamos su forma, porque eso sería destruir sin remedio algo de lo que somos en lo personal y en lo colectivo.
Por ello su rechazo al igual que el de centenares de leoneses a unas obras que supondrá, según han denunciado desde la plataforma Salvemos la Plaza del Grano', la destrucción de una plaza única de España.
Es una locura que tengas algo único y que quieras cambiarlo y destruirlo. Esto no ocurriría si tuviera la declaración Bien Interés Cultural, señaló Ángeles Murciego, presidente de la plataforma, que recordó que la el Grano tiene un empedrado similar a una de las diez calles más bellas del mundo que Bostón ha convertido en su mejor reclamo turístico.
Y, por ello, con la cabeza bien alta y orgullosos de ser ciudadanos responsables, cientos de leoneses, hasta 800 según la Policía Local, han recorrido en una manifestación las principales calles del centro de la capital leonesa para denunciar el peligro de destrucción de la Plaza del Grano que entraña el proyecto de rehabilitación impulsado por el Ayuntamiento de León.
«Desprecio por algo único»
Por un alcalde que dice sentir pasión pero que, según han denunciado, desprecia el valor de un enclave con una singularidad única en el mundo y pretende remodelarla despilfarrando dinero público en un proyecto que la plaza no necesita, pues acabará con su singularidad. Hay que tener cara.
Por ello han vuelto a reclamar la conservación de su suelo único advirtiendo de que no quieren otra plaza de la Catedral o de San Isidoro. Queremos conservar este suelo porque es único, porque está vivo.
Porque precisamente ése es su temor después de que, según lamentaron, el Ayuntamiento, haciendo oídos sordos a la ciudadanía, al mundo de la cultura y a expertos en rehabilitación, esté amenazando con desfigurar la plaza iniciando la construcción de las aceras.
Algo que, según han clamado, no van a consentir porque, tal y como han coreado durante todo el recorrido de la manifestación, la plaza del Grano es del pueblo leonés.
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