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Francisco Apaolaza
Viernes, 25 de marzo 2016, 07:30
El número uno de la calle Max Roos en el barrio de Schaerbeek en Bruselas tiene dos apartamentos en el quinto piso. En la puerta izquierda vivían los terroristas suicidas rodeados de bombas y de materiales químicos para hacer explosivos. El martes salieron a volarse ... y mataron a 30 personas. Frente a ellos, Tatiana Valderrama, su hermana y y sus padres, que se enteraron de que convivían con el demonio ese mismo día cuando vieron su edificio por televisión.
La Policía encontró en el piso una bandera del Estado Islámico, un artefacto con quince kilos de explosivos y decenas de litros de ingredientes para fabricar más. Desde entonces viven aterrorizados. Hablamos con Tatiana, una de las hijas de la familia que nos cuenta su experiencia.
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