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Francisco Apaolaza
Domingo, 15 de noviembre 2015, 15:27
París se ha levantado. Pese al peligro de un nuevo ataque, pese a las recomendaciones de las autoridades de que cada uno se mantuviera en su casa, pese al miedo patente y a que las manifestaciones están prohibidas, la ciudad se ha tirado a ... la calle.
Miles de personas salen de sus casas armadas de ramos de flores, velas y mensajes y se dirigen a los lugares de los atentados que se han convertido en improvisados altares en recuerdo de las víctimas. La policía, que hasta ahora ha mantenido una presencia discreta, está aumentando sus efectivos en las zonas más delicadas.
Las personas en la calle se debaten entre acatar las recomendaciones del Ministerio del Interior o rebelarse y llevar a cabo una gran concentración contra el terror. De hecho, los parisinos se han concentrado en Notre Dame esta tarde.
45 campanadas de duelo por minuto. Este es el sonido de Notre Dame antes de que empiece el funeral por las víctimas del atentado de París. Media hora antes de la ceremonia, la Policía ha cerrado el paso a los aledaños del lugar, que está blindado por las fuerzas de seguridad. Se trata de la primera gran aglomeración de los parisinos después de los ataques y de que Interior prohibiera las manifestaciones ante el peligro de un nuevo ataque. La Policía ha habilitado dos pasillos y ha cacheado a las cinco mil personas que han asistido a la misa desde la explanada ante la catedral.
El arzobispo de París, André Vingt-Trois, ha oficiado la misa en homenaje a las víctimas del atentado. En los alrededores de la catedral, el silencio y algunas velas y flores acompañaron el acto, aunque la intervención del dispositivo de seguridad recordó pronto que toda manifestación está prohibida con motivo del estado de emergencia decretado por el Gobierno.
La zona cero de París
El área alrededor de la sala de fiestas Bataclan en el Boulevard Voltaire es hoy en día una de las zonas más herméticas de la ciudad. Un centenar de agentes protegen la zona en un perímetro de seguridad infranqueable. Los agentes explican que están tratando el escenario de la masacre en la que el viernes cuatro terroristas asesinaron a sangre fría a un centenar de personas y que la zona está controlada por la Policía. Cada vecino es identificado y no pueden retirar ningún objeto ni vehículo en 200 metros de calle.
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