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Francisco Apaolaza
Sábado, 14 de noviembre 2015, 01:00
Los rehenes de la sala de fiestas Bataclan en el boulevard Voltaire de Paris que salieron del local en el que se mantenían secuestrado dieron los primeros testimonios del ataque múltiple de la capital francesa. Según declaró una de ellas en TV5, se encontraban en ... un concierto de rock sin contenido político alguno cuando comenzaron a escuchar disparos. Pensamos que eran petardos, pero de pronto les vimos. Los atacantes entraron a cara descubierta y gritaron 'Alá es grande'. "Eran barbudos, de raza árabe y gritaron que esto era por sus hermanos muertos en Siria".
Otro de los testigos del ataque, Julien Pierce, periodista de Europe 1 que se encontraba en la sala, ha relatado la intervención de esta manera: "Disparaban contra la masa. Ha sido una masacre. Estaba todo lleno de sangre". Dos terroristas han comenzado a disparar desde el fondo de la sala con armas automáticas. "El ataque ha durado unos quince minutos. Ha sido realmente violencia. Todo el mundo ha corrido hacia el escenario y ha habido escenas de pánico y gente pisoteada. Yo mismo he sido pisoteado. Los atacantes han tenido tiempo de cargar sus armas tres veces. No estaban enmascarados, eran muy jóvenes y estaban muy tranquilos", explicó. Al salir, Pierce encontró un espectáculo salvaje: "Había una decena de cadáveres en el suelo sobre mares de sangre. Una chica había recibido dos impactos de baja. La recogí y la llevé unos 50 metros hasta un bombero".
En ninguno de los casos, los testigos han declarado que los terroristas tuvieran más objetivos que el asesinato indiscriminado y el de provocar el mayor número de bajas. Uno de los testigos del restaurante de la Rue de Charonne ha retratado cómo los terroristas comenzaron a "disparar desde todos los lados a los clientes. La gente se echó a tierra. Después del ametrallamiento, gente ha venido a ayudar. El suelo estaba lleno de muertos. Ha sido un momento horrible". Según las personas presentes en la zona, dos terroristas encapuchados se bajaron de un Renault Clio negro y comenzaron a disparar a los clientes de la terraza con armas automáticas "tipo Kalashnikov".
Las calles vacías
Las escenas de incredulidad se fueron sucediendo en la ciudad. Mientras los ciudadanos fueron conociendo que lo que habían visto no respondían a episodios aislados, sino a un ataque coordinado, la tensión fue aumentando y gran parte de la población fue refugiándose en sus casas. A medianoche, las cifras de muertos iban aumentando con la indignación de algunos ciudadanos. La Policía Francesa tuvo que advertir que quedaba prohibida por motivos de seguridad cualquier tipo de reunión o manifestación de protesta que pudiera ser objeto de nuevos ataques. Las recomendaciones de los gendarmes fueron claras: que los parisinos se mantuvieran en sus casas. Incluso por las redes sociales se desarrolló a petición de las fuerzas de seguridad una operación de solidaridad para que las personas de otros barrios pudieran entrar en las casas del vecindario. Francia vaciaba sus calles de gente y dejaba el terreno libre a la Policía.
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