“El hecho de ser mujer nos acercó un poco más", señaló la agente que conocía a los hermanos y sobrinos de Raquel y sabía que tenía pareja “porque ocho horas dan para hablar de algunas cosillas”.
Precisamente, la agente relató que le llamó la atención de ver a Raquel implicada en este asesinato "porque jamás tuvo una insinuación que hiciera pensar que pudiera implicarse en este hecho. Creo que tenía una vida bastante cómoda. Su familia, sus padres, su novio, su trabajo".
Sin embargo, esa confianza tampoco hizo que Raquel compartiese con su compañera que antes y después del crimen había visto a Triana Martínez, a la que le había presentado “como alguna otra amiga”.
“La llamé el día posterior del crimen, el 13 de mayo, porque sabía que Triana era amiga de ella y pensaba que estaba nerviosa y preocupada. Sin embargo, Raquel me dijo que había quedado con su hermana, que tenía prisa y que ya me llamaría. No volví a hablar con ella hasta que estuvo detenida".
En este sentido, la agente puntualizó que Raquel le dijo que estaba afectada “pero nunca me dijo que se hubiera visto con Triana. Me sorprendió su implicación pero me hubiera pasado si hubiera visto implicado en un hecho delictivo a cualquier de mis compañeros”.