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REPORTAJE
Un 'trocito' de Egipto está en pleno Camino de Santiago
Dos jóvenes leoneses han unido sus pasiones, la arquitectura y la egiptología, para abrir en La Virgen del Camino el Museo Egipcio
S. Gallo
06/01/2014 (22:01 horas)
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La vida de Raúl López está unida a la egiptología casi desde que tiene uso de razón. De hecho, recuerda el momento en el que compró en un quiosco del barrio leonés de Pinilla el primero de los libros de una colección de historia que versaba sobre Egipto. “Era un atlas del antiguo Egipto que compré con mi propina dentro de la colección ‘Atlas del Mundo’”, recuerda. Pero su paga no le permitió adquirir el segundo volumen hasta muchos años después.

Ése fue su primer libro sobre el mundo egipcio. En la actualidad, cuenta con más de 3.000 libros sobre la materia, entre ellos, como no podía ser de otra manera, el segundo volumen de esa colección de atlas, que consiguió “en una librería” casi dos décadas después.

Profesionalmente dedicado a la egiptología, desde los 19 años ha dado conferencias, trabajado para museos y revistas de investigación, así como dando clases, pero sus expectativas apuntaban mucho más alto. Hasta el punto de que hace apenas unos meses ha decidido abrir, junto con la arquitecta y decoradora de interiores Beatriz Cañas, su propio museo, el Museo Egipcio, ubicado en La Virgen del Camino, en pleno Camino de Santiago. Este museo, totalmente “independiente” y con el que se ha venido a demostrar que “es posible hacer las cosas de otra manera”, se ha convertido en la primera institución dedicada al estudio y difusión de la tradición egipcia y del Próximo Oriente en el mundo occidental.

Con el objetivo de poder poner en marcha una iniciativa de este calado, Raúl y Beatriz estudiaron como primera opción salir fuera de León, aunque más tarde apostaron por quedarse y “dar lo poco que tenemos a la ciudad”, a pesar de ser conscientes de que se trata de una apuesta “arriesgada”. Con todas las opciones muy bien analizadas, también la capital leonesa quedó al margen para la ubicación de este proyecto, para el que se consideró que La Virgen del Camino era el lugar más adecuado.

“Queríamos un lugar separado de la ciudad, hacer actividades en el campo y necesitábamos espacio”, explica Raúl, que no obvia el hecho de que el pequeño edificio se encuentran en una zona muy transitada, en pleno Camino de Santiago. “Queríamos tener una riada de gente diferente pasando por aquí y que fuese la que pudiese alimentar al museo”, añade.

Y nada más lejos de la realidad, porque en los primeros meses desde que abriera sus puertas al público, más de un millar de personas han tomado parte en las actividades que se realizan, además de visitar las salas del museo, lo que demuestra una gran aceptación de público llegado de todo el país, del País Vasco, Burgos, Zaragoza o Asturias, entre otros lugares.

Además de la temática del museo, si el proyecto tiene una particularidad es la filosofía con la que nace. “La gente ve una colección de antigüedades y piensa que es una herencia familiar, que hemos pedido dinero a mamá o que hemos visto mucho Indiana Jones”. Pero la realidad es muy distinta, porque “ha sido nuestro trabajo desde hace mucho tiempo” y ha bastado con un sueldo “muy normal” para dar forma a una colección de 300 piezas “lejos de lo que son los grandes museos o una institución privada”.

De hecho, Raúl López se felicita porque los accionistas del museo son “los que vienen”, lo que permite seguir ampliando la colección, en lo que supone una apuesta “totalmente novedosa” y permite hacer que este museo sea “único en su género”, no tanto por el número de piezas, sino por su carácter “independiente”. Las piezas de la colección se han adquirido a propietarios privados o marchantes de arte de Occidente, todas ellas con su certificado de autenticidad correspondiente.

También los trabajos de adecuación del edificio, pintura, decoración… han corrido de la mano de los que ahora son el director y subdirectora, siempre con la ayuda de amigos y familiares. Después de todo el esfuerzo, no dudan en reconocer que “ha merecido la pena”, incluso en el caso de haber tenido que cerrar al día siguiente de la apertura “por el trabajo que nos ha costado llegar hasta aquí”, matiza Beatriz, que explica que se ha accedido a un circuito “muy gratificante y accesible a muy poca gente, y que nos ha enriquecido mucho”, añade.

Raúl López muestra orgulloso una parte del museo. (Foto: Campillo)

Imagen de la sede del Museo Egipcio de La Virgen del Camino. (Foto: Campillo)

Piezas

La colección del Museo Egipcio de León, a pesar de ubicarse en un edificio de dimensiones bastante reducidas, es muy completa y está compuesta por unas 300 piezas de gran variedad, así como 3.000 documentos “únicos”, libros y manuscritos. Todo ello, incide su director, se ha conseguido “por mucho menos dinero de lo que invierten otros museos”, gracias a la constancia y la dedicación. Dentro de la colección es posible ver máscaras de sarcófagos de una familia de varias épocas, una buena colección de amuletos originales, una colección “curiosa” de piezas y esculturas de carácter erótico y sexual, grabados inspirados en el mundo egipcio desde el siglo XVIII hasta la actualidad, esculturas y tallas de madera, fotografías, una colección de documentos de la tumba de Tutankamon o telas coptas.

La pieza más antigua del museo son fósiles de dos millones de años, mientras que la pieza más moderna está datada en 1920 ó 1930, una pieza de art decó inspirada en Egipto. En el recorrido del museo es posible realizar un repaso “completo” por la historia de Egipto, desde el mundo greco-romano, pasando por el mundo copto y hasta llegar al mundo occidental.

Para el visitante, el erotismo sigue siendo un reclamo y uno de los aspectos más llamativos. Y es que en el mundo egipcio se disfrutaba de los placeres de la vida “en el amplio sentido de la palabra”, recuerda Raúl López, pero también “en el sentido de los placeres de la carne, no existía el concepto de pecado, y así se demuestra”. Para los ‘jefes’, unas de las piezas que más valoran son las máscaras “por lo que cuesta conseguirlas”.

Los directores del Museo Egipcio de la Virgen del Camino, Raúl López y Beatriz Cañas. (Foto: Campillo) 

Actividades

Además de las visitas al museo propiamente dichas, son muchas otras las actividades a las que se pueden asistir enmarcadas en la filosofía de “abrir Egipto a todas las personas posibles”, desde los más pequeños hasta los adultos que buscan aprender más o aquellos que quieren dedicarse al mundo egipcio de manera profesional. En todos los casos “sin restar calidad” a las iniciativas organizadas.

Entre los proyectos que ya se han puesto en marcha están el hacer papiro, cursos de egipcio jeroglífico, con más de una veintena de personas apuntadas para conocer esta técnica, algo que hasta ahora sólo era posible en Madrid, Barcelona y Sevilla. Para este año, y como una de las grandes apuestas, se pretende poner en marcha un curso de experto en egiptología y orientalismo para personas que quieran dedicarse a esta práctica en el futuro. “El diseño educativo es totalmente diferente a lo que es el mundo universitario” y pretende “formar a la persona para que sea un trabajador” a través de una formación “integral” de tres años de duración.

Máscaras egipcias en el Museo de La Virgen del Camino. (Foto: Campillo)

Un papiro erótico, una de las piezas de la colección. (Foto: Campillo)

Interior del Museo Egipcio ubicado en La Virgen del Camino. (Foto: Campillo)

Los jóvenes responsables del museo, en una de sus salas. (Foto: Campillo)

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