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BADMINTON
"Tengo dos caras, en la pista soy una leona"
"Gané con el corazón por las ganas y con la cabeza por la fortaleza que tuve de quererle aguantar", asegura la onubense
Carolina Marín. (Foto: Virginia Carrasco)
Carolina Marín. (Foto: Virginia Carrasco)
Javier Bragado / Virginia Carrasco
01/09/2014 (16:00 horas)
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Carolina Marín acabó extenuada la final del mundial. Pero desde entonces no ha logrado descansar porque la adrenalina de ser campeona ha obligado a que permaneciera despierta mientras explicaba a numerosos medios de comunicación su experiencia en Dinamarca. La española, una extraña entre asiáticas, disfruta ahora de un éxito fraguado en un circuito hostil y después de superar su pesimismo antes de la competición gracias a la ayuda del seleccionador Fernando Rivas y del psicólogo del CSD Pablo del Río.

¿Cuál ha sido la felicitación que más la ha ilusionado?

He recibido muchísimas felicitaciones, desde Mariano Rajoy hasta el presidente del COE, pero cuando me dijeron que mi ídolo Rafa Nadal me había felicitado en Twitter se me pusieron los pelos de punta.

¿Por qué Carolina Marín es campeona del mundo?

Trabajo, trabajo y trabajo día tras día. He sufrido mucho porque tres semanas antes estaba entrenando en Tailandia y me lesioné en el hombro. Tuve que volver rápido a España para poderme recuperar. Justamente tres días antes de empezar a competir en Dinamarca no me encontraba con buen 'feeling' y me encontraba bastante negativa. Sólo quería ir a disfrutar y dar lo mejor de mí y no me veía así. El día de antes hablé con mi entrenador y con mi psicólogo, Pablo del Río, y gracias a ellos cambié totalmente de mentalidad, a pensar en positivo y tener confianza. Ganar el primer partido me ayudó a superar los nervios, a tener 'feeling' y ya estás en tu rollo.

¿Le ha dado tiempo a pensar que es campeona del mundo?

La verdad es que no he tenido tiempo para nada, ni para descansar porque la noche de la final no pude dormir porque todavía no me lo creía y necesitaré un par de días para poner los pies en la tierra y asimilar todo lo que está pasando.

Durante esa noche de insomnio, ¿ha repasado muchas veces la final?

Pues sí. El momento clave del partido fue el intervalo del partido en el que iba perdiendo 12-8 en el segundo set y salió Fernando (Rivas) y me hizo solamente una pregunta: '¿De qué color quieres la medalla?' y me dijo que si quería ganar el partido tenía que luchar. Se volvió a sentar en la silla y mientras bebía agua pensé que estaba muy cansada pero que ella también lo estaría. Pensé que con las pocas fuerzas que me quedaban había que darlo todo, sufrir y morir en la pista. Así lo hice.

¿Venció usted por la pasión o por la razón?

Yo creo que gané más con la cabeza o puede que con los dos. Con el corazón por las ganas y con la cabeza por la fortaleza que tuve de quererle aguantar, de demostrar que yo no estaba cansada y de que no tenía debilidades. Entonces creo que esos factores me hicieron ganar el partido.

¿Qué sintió después al ganar el punto definitivo?

Pues cansancio. Me tiré al suelo porque estaba muerta pero lo primero que pensé es que todo sacrificio tiene su recompensa.

Usted ha entrenado y competido mucho tiempo en el extranjero, ¿le merecería la pena pasar más tiempo fuera?

Pues sinceramente prefiero quedarme aquí por el buen trabajo que estamos haciendo aquí con el cuerpo técnico y mis compañeros. Es cierto que cada cierto tiempo necesito irme para entrenarme con buenas 'sparring' pero de momento me quedo en Madrid.

Todos sus compañeros insisten en que es usted muy alegre y simpática fuera de la pista, pero cuando sale a la cancha se transforma. ¿Es consciente?

Hay unas diferencias entre tu trabajo y tu vida personal. Soy dos personas porque en mi trabajo soy muy seria, me dedico al 100% y cuando salgo a la pista soy una leona que salgo a dar lo mejor de mí en la pista. Sin embargo, cuando estoy fuera soy extrovertida y me encantan las bromas. Se puede decir que tengo dos caras.

¿Qué piensan de usted sus rivales?

La verdad es que no sé qué piensan ellas. En los hoteles con algunas nos saludamos pero es verdad que con las chinas nunca nos saludamos porque ni nos miran a la cara. No sé si somos unos monstruos y no sé si después de esto seguirán igual pero yo voy a seguir siendo la misma de siempre, simpática, risueña y saludaré a quien tenga que saludar.

Li Xuerui es campeona olímpica y número 1 del ranking, pero además fue quien le venció en Londres 2012. ¿Sabe esta victoria a venganza?

Sabe a gloria porque ya nos habíamos enfrentado tres veces y había perdido siempre. Me quedé impactada cuando jugué contra ella en los Juegos Olímpicos porque no fue uno de mis mejores partidos. No sé si esta final fue una revancha pero a mí el éxito me ha sabido a gloria.

Hace ocho meses el seleccionador decía que su objetivo era que Carolina Marín llegara a lo más alto en 2020. ¿Es demasiado pronto para el éxito?

Despacio o rápido no es la cuestión. Lo importante es el buen trabajo que se está haciendo día a día y está dando sus frutos. Creo que no estamos yendo muy rápido porque sí que es verdad que estamos haciendo mucho esfuerzo y sacrificio. Esta medalla es muy bonita pero solamente mis compañeros y el equipo técnico saben lo que hay detrás de sacrificio y lo que se sufre.

¿Qué será lo próximo?

Lo próximo para mí son las vacaciones y a descansar, que bien merecidas las tengo. 

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