León, cuna del parlamentarismo
LEÓN, CUNA DEL PARLAMENTARISMO
Primero León, después el mundo
El rey Alfonso V, el de los Buenos Fueros, marcó el precedente de la 'Cuna del Parlamentarismo', que los ciudadanos reivindicaron después en otros territorios
Luis V. Huerga / @luisvhuerga
29/03/2015 (10:48 horas)
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No se puede comprender aquel embrión de democracia, el del año 1188 y la convocatoria a cortes de representantes del pueblo por primera vez en la historia, sin sus antecedentes. León, que desde el siglo X comenzó a constituirse como la ciudad medieval más importante, ya contaba con mecanismos mediante los el rey trazaba las líneas maestras de su forma de hacer política. El monarca era la máxima autoridad y sólo permitía injerencias de los estamentos poderosos. La nobleza pero, sobre todo el clero, contribuyeron a marca el camino de todos los ciudadanos.

La figura de Alfonso IX tampoco es entendible sin Alfonso V, el de los Buenos Fueros, que en los años 1017 y 1020 estableció mecanismos para legislar en clave local y, después, en clave territorial para todo el Reino de León. Medio siglo más tarde , en un contexto que “las crónicas narran de una manera misteriosa”, Fernado I y Doña Sancha reúnen en Coyanza, hoy Valencia de Don Juan, un concilio “de naturaleza eclesiástica”, relata el catedrático de Historia del Derecho, Fernando de Arvizu.

El obispo Juan de Calahorra, el obispo de Pamplona, los obispos de Portugal y otros destacados representantes de la Iglesia acudieron a la llamada tras “semanas de un viaje peligroso”. El objetivo era legislar, establecer normas para los ciudadanos del Reino, no sólo desde un punto de vista eclesiástico. “Se tocan temas en clave civil y, además, es importante por el alcance territorial porque los obispos se llevan los decretos para que fueran aplicados en sus diócesis”, explica De Arvizu.

Una sociedad "extremadamente dinámica"

Después llegó ese año 1188, con Alfonso IX como figura protagonista, cuando llamó a San Isidoro a la nobleza y al clero, pero también a representantes del pueblo, miembros de las ciudades de la incipiente y pujante burguesía. El hito histórico no sólo fue voluntad del rey, que también. El papel reivindicativo de los ciudadanos también tuvo mucho que ver. “Eso es lo curioso, la sociedad de la Edad Media, contra lo que creemos, era extremadamente dinámica”, señala el catedrático.

Por eso, además, se propagó esa nueva forma de hacer política, no sólo por el territorio del Reino de León, sino por Castilla, por Navarra, por Aragón… “Nunca más volvieron a convocarse curias extraordinarias sin los ciudadanos”. Cuentas las crónicas, recordadas ahora por Fernando de Arvizu, que en 1202 y 1208 concurrieron muchos ciudadanos de las ciudades a la Curia Regia”, lo que supuso un “giro copernicano”. El motivo de que ya se asentara esta voluntad de contar con el pueblo para los asuntos del Reino es simple.

“La gente, espontáneamente, tiende a repetir los mismos actos ante las mismas circunstancias”. Además, el Camino de Santiago y los peregrinos se configuraron como el vehículo y la senda para hacer llegar el hito de Alfonso IX a otros territorios. “El pueblo va presionando y seguirá presionando en todas partes. Ahora lo hace y lo seguirá haciendo. El que está oprimido quiere estar menos oprimido”, reflexiona por su parte el catedrático de Filología Clásica, Maurilio Pérez.

En Europa, de forma paralela

En otros puntos de la geografía europea, el hecho histórico, con algunos años de diferencia, va discurriendo “de forma paralela”, alimentada en cierto modo por las noticias que se iban exportando al respecto desde el Reino de León, según Maurilio Pérez. Francia, en aquel momento, era un país “muy medieval” y en Inglaterra también hubo movimientos en este sentido.

Por una cuestión de cronología y de trascendencia política, sin embargo, es León la ‘Cuna del Parlamentarismo’. El rey juez, Alfonso IX, que concedió a las escuelas catedralicias de Salamanca la categoría de Estudio General, por el que se constituyó la Universidad. San Isidoro fue el primer parlamento, los decreta su constitución y esta ciudad la Cuna. Porque primer fue León, y después el mundo.

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