El recorte, impuesto por Bruselas, supone según el documento inicial la pérdida de 1.500 empleos, de una plantilla de 4.700, pérdida que irá en base a prejubilaciones, bajas voluntarias y despidos.
Para los sindicatos las condiciones iniciales planteadas por la dirección son "intolerables" de ahí que como primera medida haya solicitado que las medidas del ERE acepten del mismo modo a los trabajadores y a la propia dirección.
Además de esta medida FES-UGT, Comfia-CCOO, UEA y Csica insistirán, de nuevo en plantear "medidas que permitan distribuir el trabajo para evitar despidos".
Para los sindicatos la plantilla de Ceiss no vería con malos ojos una reducción de jornada que permitiera mantener empleo.
Sin embargo esa aspiración sindical choca frontalmente contra el plan impuesto desde Bruselas, en el que se insiste en la necesidad de aplicar una reducción del 33% en la estructura de la entidad, esto es esos 1.500 despidos y el cierre de 263 sucursales.