Castilla y León
CASTILLA Y LEÓN
León, líder en producción de energía, alcanzando el 24% de la Comunidad
El cierre de la central nuclear de Garoña y la incertidumbre del sector del carbón desploman la producción de energía eléctrica un 15 por ciento
Ical
28/07/2014 (18:41 horas)
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La producción de energía eléctrica en Castilla y León sufrió el año pasado un duro revés, con un desplome del 15,1 por ciento motivado por el cierre de la central nuclear de Santa María de Garoña (Burgos) y por la incertidumbre que vivió el sector del carbón, que afectó al funcionamiento de las centrales térmicas de las provincias de León y Palencia.

La última memoria anual del Ente Regional de Energía (Eren) recoge que la producción bruta de energía eléctrica en la Comunidad se situó a lo largo de 2013 en 30,2 millones de megavatios hora (MWh) frente a los 35,6 millones del año anterior. Una caída que ha supuesto que la región haya perdido peso en la producción de energía en España, al ceder 1,5 puntos hasta el once por ciento del conjunto del país.

El cierre de Garoña significó que la producción bruta de energía eléctrica en la provincia de Burgos descendiera en el último año un 38,7 por ciento, el mismo porcentaje que a nivel regional puesto que es la única central existente en Castilla y León. La nuclear generó en 2012 más de 3,8 millones de megavatios, una cifra que se quedó en cero el ejercicio anterior. El cese de actividad de la instalación burgalesa también tuvo su efecto en el sector a nivel nacional.

Las centrales nucleares españolas aportaron en 2013 el 20 por cierto de la electricidad en España y se trata de una energía que concentra el siete por ciento del total de la potencia instalada en el país. Los 56.815 gigavatios hora (GWh) que generaron las centrales fue un 7,6 por ciento menos que en 2012, debido a la parada de recarga de cinco reactores pero, sobre todo, por la situación que atraviesa Garoña que, hasta 2013, aportaba una energía muy estable, sin oscilaciones.

Una situación que puede cambiar para los próximos años después de que Nuclenor, la sociedad participada al 50 por ciento por Endesa e Iberdrola, solicitara a finales de mayo al Ministerio de Industria, Energía y Turismo la renovación de la autorización de explotación de Santa María de Garoña hasta marzo de 2031. Una solicitud que está pendiente del informe del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) que debe determinar las condiciones de seguridad de la instalación.

Cuatro centrales térmicas

El otro descenso, aún más pronunciado que la energía nuclear, tuvo lugar a lo largo del año pasado en el sector de la térmica, que cayó un 45,4 por ciento en el caso de la provincia de León y otro 31,5 por ciento en Palencia. La Comunidad cuenta con cuatro centrales térmicas, tres en León (Compostilla, La Robla y Anllares) y otra más en Palencia (Velilla del Río Carrión). Todas ellas se han visto perjudicadas por los vaivenes que sufrió el carbón nacional en 2013.

La producción bruta de energía eléctrica a través de la térmica en León pasó de 9,8 millones de MWh a 5,3 millones en solo un año mientras que en Palencia bajó de deos a 1,3 millones. Y todo porque apenas llegó carbón por las paradas de actividad en gran parte de las explotaciones mineras de la zona. 2013 estuvo marcado por numerosos procesos jurídicos planteados por las empresas eléctricas contra un real decreto del Gobierno que fijaba los volúmenes de energía a producir con el mineral.

Según la patronal Unesa, la producción bruta en Compostilla cayó a lo largo del año pasado un 52 por ciento hasta los 2.560 millones de kilovatios hora (kWh). En La Robla, el descenso fue del 28,4 por ciento hasta los 1.095 millones de kWh mientras que Anllares rondó el 49 por ciento hasta los 863 millones. En Palencia, la central de Guardo generó en 2013 un 39 por ciento menos (1.095 millones de kWh).

También, afectaron los retrasos en el pago de las ayudas correspondientes al año anterior, con expedientes de regulación de empleo y concursos de acreedores en compañías. Una situación que no fue una excepción en Castilla y León puesto que, según los datos de Red Eléctrica de España (REE), la generación de energía en el país a través del carbón se situó en 2013 en el 14,6 por ciento, cinco puntos menos que un año antes.

La energía térmica en León no había parado de crecer en los últimos años, especialmente desde 2009. Entre 2011 y 2010, lo hizo un 300 por ciento. El carbón ha tenido un peso muy importante en el sector durante esos ejercicios, gracias -entre otras cosas- a un Real Decreto de Ayudas, que obligó a las compañías a quemar un porcentaje de este mineral autóctono en las centrales térmicas. También influyó el incremento del precio del gas, motivado por la inestabilidad en los países que tradicionalmente lo habían suministrado

León y Burgos, líderes

Pese a las diferentes circunstancias que afectaron a León y Burgos, siguen siendo provincias líderes en la producción de energía en la Comunidad. El resumen anual del Eren constata que León generó el 24,1 por ciento (siete puntos por debajo que en 2012) de toda la energía producida en la región mientras que Burgos, un 18 por ciento (otros siete puntos menos).

El desplome de la producción bruta de energía eléctrica en la Castilla y León ha estado amortizado con los incrementos experimentados en el sector hidráulico y eólico. La energía hidráulica regional aumentó su participación un 41,2 por ciento en la generación eléctrica de la Comunidad Autónoma, al pasar de 5,3 a 7,6 millones de megavatios.

La provincia de Salamanca es líder regional en este tipo de tecnología puesto que genera más de la mitad de toda la energía producida en la Comunidad (7,6 millones de MWh). No en vano, cuenta con tres de las diez centrales de España con mayor potencia. Se trata de Villarino (881.000 kilovatios) y Aldeadávila I y II (820.000 y 432.000 kw, respectivamente), a las que se suman las de Saucelle, además de las zamoranas de Ricobayo, Villalcampo y Castro en Villardeagua de la Ribera.

El buen comportamiento de las centrales hidroeléctricas estuvo relacionado con las abundantes lluvias que cayeron el año pasado, que trajeron consigo un aumento del nivel de los pantanos. Algo clave porque las instalaciones hidráulicas utilizan la fuerza del agua para obtener energía mecánica que luego se transforma en electricidad.

Un tipo de energía claramente oscilatorio por el componente estacional de la hidraulicidad ya que años muy lluviosos provocan que un aumento de la producción de electricidad. Lo mismo ocurre con el sector eólico al depender de la fuerza del viento. La tecnología de los aerogeneradores volvió a cerrar el año con excelentes datos. Los 12,8 millones de megavatios que generaron los molinos instalados en la Comunidad el año pasado suponen un incremento del 11,5 por ciento con respecto a 2012.

Potencia eólica

La generación eléctrica de origen eólico no ha parado de aumentar en los últimos años, tanto en el ámbito autonómico como nacional. Todo gracias al apoyo normativo, con importantes subvenciones, que ahora se ha frenado y deja una gran incertidumbre en el sector de las energías limpias. Con los datos registrados en 2013, los aerogeneradores ya producen el 42,5 por ciento del total de la energía eléctrica de la Comunidad. Ese porcentaje solo suponía el 12,4 por ciento en 2007.

Además, el 23,6 por ciento de toda la producción nacional con esta tecnología procede, en la actualidad, de Castilla y León, especialmente con un importante protagonismo de Burgos (4,4 millones de MWh), donde uno de cada megavatio generado en la Comunidad procede de esa provincia. Le siguen Soria (3 millones de megavatios) y Palencia (1,8 millones). La energía solar, con 846 megavatios, sigue siendo residual.

El consumo no se recupera

La brusca caída de la producción de energía eléctrica en 2013 vino acompañada de otro descenso del consumo en la región, que bajó un 4,3 por ciento hasta los 11,7 millones de megavatios hora. La bajada del consumo de energía eléctrica en la Comunidad ha sido una constante durante los años de crisis. Lejos queda la cifra de 13 millones de megavatios que se consumieron en 2008. Todas las provincias experimentaron descensos salvo Soria, donde aumentó un 5,4 por ciento, y en Burgos, con un exiguo 0,3 por ciento. Por el contrario, Ávila lideró las bajadas, con un -17,5 por ciento, seguido de León (-10,3 por ciento).

El peso poblacional es un elemento clave para determinar el consumo de energía en la Comunidad Autónoma. La provincia de Valladolid, con 2,4 millones de MWh se situó en 2013 a la cabeza en el consumo de electricidad, con el 20 por ciento del total de la región. Le siguieron Burgos (2,2 millones que se traduce en el 19 por ciento) y León (1,9 millones y un 16,7 por ciento).

Las bajadas del consumo de energía eléctrica se produjeron tanto en el uso doméstico (-4,2 por ciento) y en industrial y servicios (otro -4,2 por ciento). El peso de la industria y los servicios en este apartado sigue latente porque ambos consumieron el 71 por ciento de la electricidad en Castilla y León. El resto correspondió al uso doméstico. Valladolid y Burgos fueron las provincias con más consumo, al acaparar el 20,7 y el 19,4 por ciento, respectivamente.

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