El título no corresponde a ninguna dinastía china, ni a ningún área concreta de la geografía, simplemente, Mei Ming significa 'sin nombre', una imagen que se representa siempre que se ve a una huérfana en una institución china, dice. Gómez Rollán descubrió que cuando en los años 90 comenzaron los procesos de adopciones y llegar las primeras niñas chinas "se sabía mucho, ya que eran las primeras y la novedad" pero ahora, 19 años después, "ya no se sabe muy bien qué es lo que pasa, qué sienten, cómo se sienten con su entorno y con su realidad".
Estas niñas de la generación sin nombre pueden sentirse en tierra de nadie. Aquí, se pueden sentir extranjeras por sus rasgos, y en China también porque no pueden comunicarse, ya que desconocen el idioma. "Pero generalmente no sucede, no se sienten fuera de sitio, ni de lugar", puntualiza Gómez Rollán. De las seis adolescentes que participaron en esta grabación "hay un poco de todo y se acepta con naturalidad esta dualidad".
A pesar de que España "es ahora más internacional", en algunos momentos la gente no las trata como españolas, sino como extranjeras. El salmantino aseguró que no les molesta que se les diga que son chinas, "sino la forma en que se las trata", haciendo referencia a la infancia y a los compañeros del colegio ,"pero no hay que dale importancia". "En general, se sienten orgullosas de ser chinas", defiende Gómez Rollán.
Una imagen de 'Generación Mei Ming: Miradas desde la adolescencia', sobre niñas chinas adoptadas.
Para llegar a este punto, asegura que tienen mucha importancia cómo las tratan los padres adoptivos y la familia desde el primer momento y, sobre todo, el entorno. “Hay mucha diferencia entre ser niña china adoptada en una ciudad que en el mundo rural, donde puede ser la única chica china de la zona y eso ejerce más presión sobre ellas". Las mayores, de entre 17 y 18 años, descubrieron en el documental que al principio eran las primeras niñas chinas que se veían en el país y "se convirtieron un poco en el espectáculo, se les miraba, se hacían preguntas a los padres", pero según pasó el tiempo la situación cambió "y ahora no es así".
"Quizá aún exista recelo" por las personas de China, debido a la "gran apertura" de tiendas y de restaurantes que se ha producido en la última década, una especie de invasión, desgrana Gómez Rollán. “En los últimos tres años, considero que la situación ha cambiado porque los inmigrantes que llegan ahora son gente con más recursos y dispuestos a abrir negocios más importantes y vienen a hacer cosas mejores".
Muchas de estas niñas reconocieron que hubo momentos en que les molestaron los ojos rasgados y hubieran querido poder operarse, algo que ahora sucede en Asia, donde muchas mujeres se someten a operaciones para "occidentalizarse", relata el director, quien indica que cada vez es más habitual encontrar modelos chinas en los catálogos de moda e incluso niñas chinas en anuncios televisivosm o en las series. “ Es algo que cada vez choca menos. De todas las maneras, en su país hubiera pasado lo mismo, el modelo occidental es el que marca la moda y los anuncios”.
David Gómez Rollan es un fotógrafo profesional que ha colaborado con el director salmantino Gabriel Velázquez como director de arte en su último proyecto titulado 'Ártico'. Ésta es su segunda incursión en el documental, tras 'Vivir en el Slum', en el que narró cómo sobrevive la población de los suburbios pobres de las grandes ciudad indias. Como fotógrafo desarrolló proyectos tanto en España como en India y China. Es un artista gráfico que, como el mismo se define, siente pasión por el mundo asiático.