León
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La crisis de la textil Los Telares arrastra a varias tiendas en la provincia de León
Los centros en León se mantienen abiertos pero sus empleados temen un cierre inminente por la crisis de la factoría
Imagen de una tienda de Los Telares.
Imagen de una tienda de Los Telares.
José María Urbano
22/05/2015 (09:11 horas)
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La situación en la cadena textil avilesina Los Telares se hace insostenible cada día que pasa. Se podría decir que minuto a minuto. Y lo que es peor, el cierre definitivo de la compañía parece inevitable.

Es tal el grado de deterioro al que la han llevado los nuevos gestores, pertenecientes todos ellos al fondo de inversión suizo Gryphus Partners, que cinco meses después de su entrada en la sociedad sólo dan la sensación de intentar sacar algún tipo de beneficio y dejar que la empresa se hunda. Es el «coge el dinero y corre».

Solo que esto tiene poco de guión cinematográfico, cuando están en riesgo casi 600 puestos de trabajo y la viabilidad de 107 negocios en todo el territorio nacional. En Asturias, 150 personas y 19 tiendas. Pero también en otras provincias, como en León, donde los centros se verán arrastrados por esta situación.

Este jueves, como en los días anteriores, esos gestores, pertenecientes a las sociedades CIB714 Investiments S. L., Appaloosa Investiments S. L. y Grafton Consulting dieron una vuelta de tuerca más, sólo que en esta ocasión el objetivo fue muy claro: atacar el corazón de la empresa textil. La escalada de despropósitos en su gestión llevó a impedirle al fundador de Los Telares, Julián Rus Cañibano, acceder con libertad a su despacho y a moverse por las instalaciones. Un guardia de seguridad se le pegó literalmente, hasta el punto de que en un momento determinado intentó impedirle hablar por teléfono, según relataron a este periódico testigos presenciales de los hechos.

¿Dónde están los sindicatos?

Julián Rus, que figura solamente como asesor de los nuevos gestores, sin ningún poder ejecutivo, mantiene su despacho abierto en las instalaciones de Las Arobias, a donde acude todos los días de forma habitual. Ayer fue diferente. «Por órdenes superiores», un guardia de seguridad debía acompañarle a los almacenes o a cualquier dependencia a la que quisiera ir. El dislate fue tal que cuando Rus quiso llevarse de su despacho una serie de efectos personales, como cuadernos, apuntes o lapiceros, le fue impedido por el mismo vigilante, quien minutos antes intentó cortarle el teléfono cuando se encontraba atendiendo una llamada. Julián Rus explotó en ese momento y casi a gritos le reclamó «el derecho a mi intimidad para hablar con quien yo quiera en una conversación privada». Los testigos de estas escenas, todos ellos trabajadores de la empresa, asistieron estupefactos a los hechos.

A preguntas de La Voz de Avilés, el nuevo gestor de comunicación contratado la semana pasada, que trabaja desde su despacho en Barcelona, aseguró que Julián Rus está contratado como asesor y que «hoy se ha presentado en la oficina sin avisar, sin ser llamado, por lo que se le ha dejado entrar, pero acompañado, como sucede con cualquier asesor de cualquier empresa, que no se puede desenvolver por donde él quiera».

Una disculpa más. Y falsa. Julian Rus lleva acudiendo desde el pasado mes de diciembre a su despacho, en calidad de asesor, sin ningún problema y sólo ayer le fueron impuestas las restricciones descritas, con un vigilante jurado a su lado, que incluso se permitió el lujo de tratar de cortar una conversación telefónica privada. Hay un buen número de trabajadores que pueden atestiguarlo.

A primera hora de la mañana se había producido una nueva vuelta de tuerca de estos gestores. De nuevo, vigilantes jurados exigieron a los trabajadores su carné de identidad para que pudieran acceder al interior de las instalaciones de Las Arobias, en donde se encuentran las oficinas de la sede central y el almacén general. El mismo responsable de comunicación, también a preguntas de este periódico, ofreció la versión oficial. «Como quiera que hace unos días, responsables de las sociedades de gestión fueron increpados al salir de sus oficinas, se ha creído conveniente pedir la identificación a los trabajadores para evitar que alguien ajeno entre en las instalaciones».

Estos hechos de ayer, calificados de muy graves por los propios trabajadores, se habían iniciado ya el día anterior, con el despido disciplinario de uno de los hombres de confianza de Julián Rus, miembro del grupo de dirección. Se trata de Víctor Manuel Álvarez León, director de Expansión y Obras, la persona encargada de todo lo relacionado con los locales a nivel nacional y que suma 16 años de antigüedad en la empresa.

El miércoles por la tarde fue llamado por uno de los gestores, acompañado en esta ocasión por dos guardias de seguridad, y le leyó la carta de despido por motivos disciplinarios, pidiéndole en ese momento que abandonase la empresa. Los dos vigilantes le acompañaron a su despacho, intentó hablar con la jefa de personal, pero le obligaron a abandonar las instalaciones. Por supuesto, ni le abonaron el salario que le corresponde hasta ese día ni quisieron tratar con él de ningún otro tema sobre atrasos o indemnizaciones. Ayer volvió a recoger su documentación personal al despacho y simplemente no le dejaron entrar.

La empresa dice que se le despide por cometer varias faltas muy graves contra el Estatuto de los Trabajadores y contra el convenio de comercio del Principado de Asturias, y además, se reserva el derecho de ejercer acciones civiles o penales por haber causado daños a la empresa.

Con este estado cuasi policial, los gestores de Los Telares tratan de convencer a todo el mundo de que tienen un plan de viabilidad de la empresa y que para ello han puesto en marcha un expediente de extinción de contratos, que consiste en el despido de trabajadores y en el cierre de tiendas. No hay datos concretos. «Lo lógico es que eso se hable con los sindicatos, y no que se enteren por los medios de comunicación», señaló a La Voz de Avilés el mismo responsable de comunicación. «Las cartas de comunicación ya han salido», concretó.

Lo que no dicen los nuevos gestores, Zak Kasim (Zahid Ali Hussain Kasim), director general; Ulises Vega, director financiero; y Daniel Weber, administrador, es que ellos se hicieron cargo de la empresa en el mes de diciembre y hasta el momento no hay ni hay dinero, ni compras, ni ropa y ningún plan de viabilidad. De momento su gestión se salda con una escalada de despropósitos y la investigación que ejercen algunos acreedores por si hubiesen incurrido ya en un delito de alzamiento de bienes y apropiación indebida. 

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