Opinión
OPINIÓN POR JUAN GARCÍA CAMPAL
Hoy, 11 de marzo, me plagio a mí mismo
Han pasado muchos años, sí. Sin embargo aún me recuerdo oyendo las primeras noticias, escuchando su multiplicación, preocupándome por los familiares y amigos sabidos en Madrid, angustiándome por tanta barbarie. Sí, han pasado muchos años pero aún muchas veces hago presente, releo, este texto "a modo de oración".
11/03/2014
  Preparar para imprimir  Enviar por correo
DEL CUADERNO CASI DIARIO

Aciaga mañana. Infausto día. Maldito recuerdo. Memoria bendita. Elocuente y silenciado grito. Necesario, preciso grito. Quebradas miradas. Rotas mañanas. Sueños rotos. Ilusiones abatidas. Cesados futuros. Sangres derramadas. Hierros retorcidos. Muerte multiplicada e innecesaria. Dolor colectivo. Clamor de silencios. Contenida rabia.

Os hicieron dolor. Os hago conciencia. Trizas os hicieron. Roca os hago. Cesó vuestro hoy. Cimentáis cada mañana. Oración de humano dolor e impotencia humana, no al dios innecesario, a la propia conciencia, en la soledad de esta mañana.

...

No rezo al que nunca comparece omnipotente cuando se sabe necesario. No suplico al que para otro lado, ajeno, vuelve la mirada.  Acaso de ahí que nos digan imagen suya, su semejanza. No, ni le oro, ni le espero, ni le afirmo, ni le niego. ¡Nada! Ni tan siquiera le culpo de ser consigna y bandera de tanta barbarie humana.

...

¿Queda algo más que el recuerdo? Sí. ¡Y tanto! Fijar la conciencia, enrabiarse, templarse, nombrándovos: Eva, Oscar, Liliana… a quién mejor que a vosotros elevaros que fuisteis pro nobis, pro me. Asenov, Livia, Tibor, recojo vuestras esperanzas en las mías. Jacqueline, Sergio, Nicoleta, vuestras son, quieren ser, mis alegrías y mis penas. Petrica, Angélica, Teresa, Javier, vuestros mis anhelos y esperanzas, mis nimias victorias, mis grandes derrotas. Mariana, Sonia, Daniel, vuestras mis sonrisas, vuestras mis lágrimas. John, Balbina, Cintia, vuestras mis ternuras y emociones, mis madureces y niñeces. Eduardo, Nuria, Georgeta, vuestras mis seguridades y mis dudas. Rex, Marta, Abel, vuestros mis síes y mis noes, todas mis contradicciones. Ana, Mirian, Stefan, a vosotros mis ingenios y torpezas. Mis osadías y cobardías para vosotras, Elena, Popa, para vosotros, Ángel, Luis, Ambrosio. Y a todos, a Rafael, a Ben Salah, a Álvaro, a Julio, ¡a todos!, cada flor que plante y cuide y mime y goce; cada hermosa palabra que de mi pluma salga, cada bondad que haga. Lo mejor de mí a todos, con mi memoria y mi conciencia clara. Os quitaron lo mejor, la vida, que en vano no haya sido lo hago cosa mía.

Podemos engendrar monstruos, pero también cada tarde, cada mañana, que nazca y renazca un David que venza tanta humanidad inhumana.

(Este texto "A modo de oración" fue publicado en 2006 en el periódico El Mundo - La Crónica de León y en 2009 en el libro Escritos con Lara al fondo)

Juanmaría García Campal

Cuaderno casi diario 

Más artículos del autor:
    Bocas
  Preparar para imprimir  Enviar por correo