Con la pequeña iglesia de la localidad a rebosar, el párroco tuvo un primer recuerdo a los fallecidos y deseo el consuelo para sus familiares y amigos. El momento en el que nombró uno por uno a los seis mineros fue uno de los más emotivos y en los que más afloraron los sentimientos entre los presentes. Con un mensaje “especial” a las familias, el párroco recordó que los seres humanos “estamos preparados para la vida, pero no para la muerte” e insistió en que los seis mineros “están con nosotros pero de otra manera”.
Aunque sí ha sido el acto más íntimo, no será el único de recuerdo a los seis mineros fallecidos. El próximo martes, día en el que se cumple el primer aniversario de este accidente, está previsto que se coloque una placa en recuerdo de todos los mineros fallecidos en el tajo, además de que se oficiará un responso y se guardarán seis minutos de silencio, un acto que tendrá lugar a las 14 horas en el acceso del pozo Emilio del Valle.
Fue el 28 de octubre de 2013 cuando, minutos antes de las 14 horas, se registró un hundimiento que provocó de forma muy rápida un gran aporte de grisú hacia la galería de la planta séptima, haciendo que el contenido de oxígeno bajase casi de forma instantánea hasta el uno por ciento y, por lo tanto, la muerte por asfixia de seis mineros. Los fallecidos, F.O.G., de 40 años; J.A.B.B., de 43; M.A.M.F., de 39; J.C.P.F., de 38; R.A.G., de 35 y J.L.A.G.,de 45 años, formaban parte de los 116 mineros del turno de mañana que habían comenzado su trabajo a las 7,45 horas y que tenían previsto parar a las 15,15.