Cocina
CON MUCHO SABOR
El placer ayuda a combatir la obesidad
Los esfuerzos para reducir el sobrepeso basados en la restricción, la prohibición y la regulación han demostrado no ser efectivos en la lucha contra este trastorno, según los expertos
Brocheta del restaurante Basque, una ración moderada que nos podemos permitir en nuestra dieta. (Foto: El Correo)
Brocheta del restaurante Basque, una ración moderada que nos podemos permitir en nuestra dieta. (Foto: El Correo)
R.C.
16/09/2014 (23:00 horas)
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Elegir qué comer o qué actividad física preferimos hacer son claves para adoptar con gusto unos hábitos que nos van a ayudar a bajar de peso, eso sí siempre que la persona haya corregido esas conductas que le han llevado a ganar esos kilos de más.Al final, la obesidad en la mayor parte de los casos es un desorden del aprendizaje.

Estas han sido las principales conclusiones de la segunda jornada de la IV Serie Científica Latinoamericana 2014 que se celebra en Buenos Aires (Argentina), donde la doctora Mónica Katz, directora de la Carrera de Médico Especialista en Nutrición con orientación en Obesidad de la Universidad Favaloro, expuso que el placer no es un "extra" en nuestra vida, sino un componente central que guía nuestras decisiones y puede aprovecharse para incorporar hábitos saludables, pues" está demostrado que los esfuerzos para reducir el sobrepeso basados en la restricción, la prohibición y la regulación han fracasado".

Durante su participación en el Simposio Vida Activa y Saludable, la doctora Katz aseguró que "la comida es un estímulo fisiológico, no puede ser adictiva porque al comer estamos respondiendo a una necesidad de nuestro organismo. No se puede ser adicto a una recompensa natural, porque el placer que encontramos en ello son respuestas naturales".

Placer y mesura

Así la experta afirmó que la "demonización" de varios alimentos está limitando la creación de un espíritu crítico y de discernimiento personal sobre lo que más le conviene al individuo para lograr una sana alimentación. Y explicó que los estímulos placenteros guían el aprendizaje, ya que de forma natural el cerebro busca repetir aquellas acciones que generan sensaciones agradables y provocan la liberación de dopamina en el flujo sanguíneo. "Así, es posible utilizar este sistema de recompensas para mantener una dieta balanceada reencontrando el placer en la comida, en porciones adecuadas", agregó.

De acuerdo con esto, el doctor Paul Rozin, miembro de la Academia Americana de las Artes y las Ciencias, afirmó que "no se debe sacrificar" el buen sabor de los alimentos por su contenido calórico, sino que "hay que encontrar la medida adecuada en las porciones para poder disfrutar de la comida, sin que ello se traduzca en un aumento de peso".

Raciones más pequeñas

El doctor Rozin explicó así la llamada ‘paradoja francesa’, como se ha denominado al hecho de que Francia tenga un 50% menos obesidad que Estados Unidos, aún cuando los galos comen con más grasas.

El experto recordó un estudio en el que compararon matemáticamente los tamaños de productos alimenticios individuales de supermercados franceses y norteamericanos. La medición demostró que la ración media de comida en París es de 277 gramos versus los 346 gramos que adquiere en la ciudad estadounidense. O sea, en Estados Unidos las porciones promedio por unidad son 25% más abundantes que en Francia. "Ahora, las empresas alimentarias en los Estados Unidos están produciendo porciones más pequeñas”, matizó el doctor.

"Comer rico es un derecho. Todo alimento puede ser parte de una alimentación saludable siempre que sea consumido con moderación", concluyó su colega argentina.

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